Capítulo 18

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Una inmensa abertura sin puerta era el ingreso a aquel bar. Las paredes de ladrillo rústico daban la sensación de estar en casa, pero las miles de plantas y lámparas con centros de neón que colgaban por el lugar constataban que se trataba de un bar.

Cómo todos los demás, Ananké tenía materiales mezclados: chapas, madera, acero, cuadros vintage y pizarrones con tipografías agradables.

Cuando llegaron, ambos se hicieron gestos para que el otro pase primero y por eso ingresaron riéndose. El lugar no estaba lleno pero había una gran cantidad de personas, por lo que una joven, luego de preguntarles si iban a ser dos, los llevó a su ubicación. Era una mesa del fondo, que estaba acompañada de un sillón semicircular y luz tenue.

Mientras caminaban entre los otros comensales para llegar, Mariana recordaba la película "The Duff", dónde explican que un asiento de ese estilo permite estar más cerca de la persona y por ende, las probabilidades de un beso son más altas que en una mesa común.

Por un instante se sintió nerviosa, iba a tener a Juan Pedro pegado, pero luego se rió para sus adentros. En pocos segundos, pensó en todas las variables que sucedieron para que justo queden en una mesa así. Tal vez si ella llegaba a tiempo y no había trafico, los ubicaban en una mesa común.
"Basta Mariana", se dijo a si misma. "Es una coincidencia, no significa nada", repitió varias veces hasta que se sentaron.

Sin embargo, la chispa de lo que podía suceder se encendió en ella. Aunque fuera consciente de la situación y supiera que un beso entre ellos sería lo peor.

-La verdad que está mooooy bueno el lugar - dijo Juan Pedro apenas se sentaron - Te dije de venir acá porque de afuera de veía lindo y no me equivoqué - exclamó regodeandose.

-En esta te doy la derecha, es súper lindo y me encanta la decoración - respondió Mariana mientras se quitaba el abrigo debido a la calefacción del lugar.

Cuando quedó en top, pudo sentir la mirada de Juan Pedro recorriendola por unos microsegundos, para luego quitarse su campera de jean y continuar hablando.

-Te iba a decir lo mismo, me voy a robar ideas para decorar mi casa ahre - dijo Juan Pedro mientras uno de los mozos se acercaba a dejar la carta.

Desde que estaban allí la conversación había sido breve, pero necesitaban acostumbrarse a estar en aquella situación. Durante la caminata, habían hablado pero práctica no se habían mirado. Y ahora no tenían opción, debían verse.

Pidieron dos cervezas: ella una honey y el una IPA, además de unos manies para acompañar.

Mientras esperaban las pintas, conversaron brevemente sobre si pedirían algo para comer más adelante, como una picada o papas con cheddar. Pero decidieron elegir luego, por ahora con solo beber estaban bien.

-Te tengo que ser sincero, me resulta muy loco estar acá con vos - dijo Juan Pedro dándole un sorbo a su vaso- Pasaron como dos años y seguís igual boluda ¿Te bañas en formol?.

-Descubriste mi secreto Pira - respondió Lali. Hacía años que no lo llamaba así y por un instante ambos quedaron perplejos - Re goma pero antes que nada quiero brindar por vos y tus proyectos - inclinó su copa hacia adelante.

La sonrisa de Juan Pedro estaba inmensa y sus ojos destilaban ternura.

-Oh gracias La, brindo por vos y todo lo que quieras cumplir - chocó su vaso contra el de ella - Brindo por los dos.

-Bueeeno ahora que ya hablamos de boludeces como por una hora, contame que onda tu vida - lanzó Mariana acomodándose en su lugar.

-Ehhh no hay mucho más de lo que ya te conté por Whatsapp. Nos queda una semana de tour de programas -dijo haciendo comillas con los dedos- y esperemos que vuelvan a poner la estatua. Apenas termine todo esto tengo pensado hacer un proyecto casero y eso es todo por ahora ahre - finalizó.

InsostenibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora