Capítulo 36

426 31 15
                                    


Juan Pedro, mi amor:

Cuando leas esto probablemente lo primero que se venga a tu mente es una pregunta: ¿por qué? Aunque me duela, no hay una respuesta concreta para darte. Me gustaría dártela, pero en este momento no la tengo.

Estoy sentada en el comedor de casa y cada tanto miro a la pieza para ver si te levantas. Seguro estas con la cara tan relajada como cuando me levante y no sabes que lindo es verte dormir. Podría pasar horas contemplando la forma de tus labios, la suavidad de tus pestañas y tu nariz. Antes de salir de la cama, te di un par de besos que tal vez no sentiste. Me es más fácil expresarme cuando no me ves.

Pero a veces, uno tiene que enfrentar lo que no quiere para estar mejor. Se que vas a entenderme. O tal vez no, pero espero que lo hagas. Así como alguna vez me tocó a mi entender tus decisiones.

Es raro volver a decirte mi amor. Hace muchos años que no te lo digo de manera directa, por más que en mi cabeza permanentemente lo piense. Durante el tiempo que estuvimos, pensé en volver a llamarte así pero tuve miedo de espantarte y creo que si lo hubiera hecho, hubieras salido corriendo. Como esa noche en la que te dije te amo.

Ese es el punto de partida. Sé que notaste mi cambio de actitud porque vi en tus ojos la preocupación. Intenté seguir como si todo estuviera bien, como si no me hubiera quebrado a la mitad tener que rogarte una respuesta. 

 Ahí entendí que por más que fueras Juan Pedro, mi mejor amigo y gran amor, ya no eras el chico del que me enamoré.  Todos cambiamos y evolucionamos, pero tal vez esperé encontrarme con alguien que iba a protegerme de todo cuando ya no era así. No te culpo, pero quiero que entiendas como me siento.

Soporté todo lo que pude, pero mientras te esquivaba los primeros días y después me fundía en vos, me iba rompiendo un poco más. Fue un acto completamente masoquista el querer permanecer juntos a pesar de que no me hayas podido decir te amo. Tal vez, debería explicarte el por qué de la importancia para mi.

Cuando cortamos me hundí en lo más profundo. Me replanteé absolutamente todos nuestros encuentros del último año para entender por qué nunca habías ido de frente conmigo, para saber por qué no confiaste lo suficientemente en mí como para expresarme tus sentimientos. Lloré durante meses enteros creyendo que había vivido en una relación ficticia, donde yo era la protagonista de una historia en la cual fingías ser feliz para no lastimarme.

 Tuve luchas demasiado difíciles conmigo misma para no seguir cayendo. Llegué a odiarme, a replantearme lo insuficiente que era como persona y como mujer. Me culpe por haberte perdido durante mucho tiempo e incluso me odie por haberte demostrado mi amor de la manera en la que lo hice; algunos días me levantaba pensando en que si  hubiera limitado mi expresión, tal vez te hubieras quedado. No me arrepiento de haberte escrito textos literarios reflejando los sentimientos que me generabas, pero aún siento que el no hacerlo podría haber cambiado las cosas. Tal vez te ahogué.

Cargué con un odio hacia mí misma que no debería haber tenido, ya que empecé a desconfiar de mis capacidades académicas y profesionales. No saber la razón exacta por la que me dejaste sembró en mi una serie de pensamientos totalmente destructivos. Incluso, aún pienso en tu actitud de restregarme en la cara que estabas saliendo con alguien más a los pocos meses de haber cortado. No es mi intención reclamarte, pero me cuesta entender cómo alguien que alguna vez me amó -y que hoy mismo me lo dijo- pudo haberme querido dañar de esa forma. Sabías perfectamente que iba a destruirme en cuanto me dieras la espalda y por eso, no era necesario lo que siguió.

Traté de entenderte y justifiqué tu accionar basándome en mi humillación y el rechazo que sentí de tu parte. Por eso, el te amo era tan importante para mí. Porque iba a demostrarme que en algún punto era suficiente para vos, que seguías eligiéndome a pesar de que en algún momento quisiste lastimarme. Significaba que ya no me rechazabas, que me querías con vos. Es muy subjetivo y disculpas por eso, pero realmente es lo que siento.

InsostenibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora