El sonido del timbre la sacó de sus acogedoras sábanas. Abrió los ojos con dificultad y volvió a cerrarlos cuando el sol que ingresaba por la ventana golpeó su rostro. Sin embargo, pese a tener el cuerpo pesado por lo bebido la noche anterior, se levantó con rapidez a contestar el portero. El "ya bajo" que salió de sus labios era más similar a un gruñido que a su voz, pero llevaba pocos minutos levantada y era lo mejor que podía salir.
Con movimientos pesados se dirigió al ascensor, no sin antes colocarse un buzo que cubriera la mitad de su cuerpo. Julián lo había olvidado días atrás y no pensaba devolvérselo. Dentro del aparato que iba a trasladarla a la puerta de entrada, se peinó con los dedos y sonrió para observar el estado de sus dientes; estaban blancos, pero no se había percatado del mal aliento que cargaba. Una pequeña carcajada escapó de su boca y se mordió los labios escapando de sus propias exigencias.
Cuando la pesada puerta se abrió, apresuró sus pasos para llegar a donde estaba Fátima. Pese a su pequeña contextura física cargaba una gran bandeja repleta de comida adornada con globos plateados en forma de 23.
-¡FELIZ CUMPLEAÑOS AMIGAAAAA! - gritó en el instante en que Lali abrió la puerta - Agarrame los globos así te puedo abrazar hija de puta - continuó enroscando solo un brazo por su cuello.
-Gracias pipi - chilló ella mientras tomaba los objetos flotantes y quería devolverle el gesto a su amiga - Es hermoso todo esto - continuó tapándose la boca para no dejar escapar su aliento.
-Lo mejor para la mejor - respondió Fátima mientras se desprendían e ingresaban al departamento - Deja de taparte que dormimos juntas mil veces tarada.
-Callate, sabes que es lo peor que me puede pasar - dijo soltando una carcajada - No hacia falta que te vinieras hasta acá tan temprano, me encanta todo esto bola - le dirigió una mirada a todos los objetos que tenían entre sus manos.
-¡¿MIRA SI NO IBA A VENIR PARA DESAYUNAR CON VOS!? -gritó mientras se elevaban - Es tu cumpleaños La, hoy no me muevo de acá. En la mochila traje un fernando para que arranquemos desde temprano.
-¡Son las diez de la mañana nena! - chilló Lali - Nos vamos a poner del orto pero dame un break, anoche me la re di con Julián.
-¿Se la diste, te la dio o se la dieron? - bromeó Fátima provocando que las mejillas de Lali se pusiesen coloradas.
-Las tres ahre - contestó con pudor - Na en serio, chupamos una banda. Trajo para hacer una caipi, mortal.
-Más le vale traer hoy también, si quiere que seamos amigos que me largue alcohol - continuó Fátima mientras Lali abría la puerta del ascensor.
-Le digo que traiga así te conquista amiga - expresó Lali dentro de su departamento - No se ni a que hora viene, me dijo que salía de trabajar y se aparecía. Espero que sea tipo siete porque vienen mis viejos y no quiero que se crucen.
-¿Qué onda eso? ¿Cómo le fue con el laburo nuevo? - preguntó Fátima mientras dejaba la bandeja encima de la mesa. Brownie con dulce de leche, tostadas, queso, mermelada, fruta recién cortada, sobres de té, chocolates y una inmensa taza estaban dentro del objeto de madera. En el centro, una foto de ambas terminaba de complementar el regalo.
-Bastante bien, nada más que se cansa una banda porque se levanta temprano - respondió Lali - Es una pasantía igual, nada fijo. Pero por lo menos le van a empezar a pagar.
-No es poco eh. Vos también estas en una pasantía y con ese sueldito... mamá - siguió su amiga.
-Callate gila - acotó Lali - Veni dame un abrazo que abajo no se que quisimos inventar.