El rubio había estado saliendo con una mortal hace poco, las cosas iban bien entre ellos, ella no sospechaba de la parte divina del hijo de Zeus y así debía de quedar.
Al menos por el momento.
- ¡O podemos ir a un karaoke! - Sugieres, realmente emocionada por tu cita con Jason.
- Cualquier cosa esta bien para mi si estas a mi lado.
- Eso fue muy cursi para ti, Jay.
El rubio ríe entre dientes, pasando su brazo alrededor de tus hombros.
Deteniéndose al notar una arpía a lo lejos.
- ¿Pasa algo? - Preguntas al ver su rostro preocupado, miras en la dirección que se fija, notando una anciana que miraba a tu novio - ¿La conoces?.
El mestizo no sabía lo que la sombra te hacía ver así que solo asiente, volteando rápidamente a unos de los locales cercanos - ¿No necesitabas un nuevo libro? Ahí hay una tienda - Había muchos mortales en la zona pero a él solo le preocupabas tú y que no lo vieras golpeando a una anciana.
- Tienes razón, Jay. Ahora vuelvo.
El rubio ve como la arpía te mira alejarte, Jason no pierde el tiempo y saca su espada, corriendo hacía la arpía.
Estas cosas serían comunes al salir con una mortal.