El latino había estado sintiéndose dejado de lado por ti estos últimos días y eso no le gustaba. Necesitaba de tus cariños pero no quería molestarte siendo molesto por lo que quiso dejar indirectas.
Muy sutiles.
- Bájate de encima, Valdez - Murmuras apenas cuando Leo entró a la cabaña de Hades, tirándose sobre ti al verte - No puedo respirar.
El hijo de Hefesto solo se mueve un poco para que tu cabeza estuviera libre, no dice nada.
- ¿Pasó algo?.
Leo sigue sin responder, enterrando su rostro en la curvatura de tu cuello.
- Estoy ocupada, Valdez - Tratas de quitártelo de encima pero el muchacho se aferraba a ti con aún más fuerza.
Te rindes, dejándote de moverte y abrazando a tu novio - Bien, tu ganas.
Leo sonríe como un niño travieso.