Vivías en el inframundo como sirvienta de Hades, siempre pasando desapercibida entre todas las almas que venían.
Tu vida no tenía sentido propio, solo sabías que pasarías la eternidad a la merced del Dios del Inframundo y si él se cansaba de ti te tiraría lejos como si fueras un pañuelo desechable.
Hermes te vio en unos de sus viajes como mensajero, sin poder evitarlo se enamoró a primera vista, queriendo sacarte de ese horrible lugar cueste lo que cueste.
- No - Hades había sido bien claro, cuando estabas viva fuiste irrespetuosa con el Dios y ahora pagabas tu condena, tienes suerte que no te mandó al Tártaro.
Hermes no se quedaría de brazos cruzados.
Una noche te raptó y te mantuvo escondido en el monte mas lejano de América, estabas agradecida con Hermes por llevarte un rato lejos del infierno, sabías que Hades no lo dejaría así.
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Parte 1