Eras una campista recién llegada por lo que debías de estar en la cabaña de Hermes hasta que tu padre o madre divino te reclamara.
- ¡Bienvenida a la cabaña 11! - Los co-capitanes te dan la bienvenida.
- Puedes dejar tus cosas en una esquina - Travis empieza.
- Pero ten cuidado, no nos hacemos responsables de la desaparición de las cosas - Connor termina.
- ¿Es inútil si le pongo candado a mi maleta? - Preguntas.
Connor levanta un brazalete que hace poco estaba en tu muñeca, su sonrisa traviesa que caracterizaba a los Stolle - Solo debes estar un poco más atenta.
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Había pasado una semana desde tu llegada y hasta el momento no te habían reclamado, algo raro desde que el juramento que Percy les hizo hacer a los dioses.
Formaste un vínculo con los hijos de Hermes, sobre todo con Travis y Connor, ambos te enseñaban técnicas de robo.
- ¡Terminé! - Alzas los brazos fuera del candado ahora abierto y sueltas el pasador para cabello.
- ¡Estupendo! - Travis pone una mano sobre tu hombro - Tardaste menos que la anterior.
Sonríes orgullosa - Tal vez soy hija de Hermes, esto se me da muy bien.
Connor se atraganta con su saliva, negando - Que Zeus no lo permita.
Volteas hasta el más bajo, molesta - ¿Perdón?.
- Yo mejor me voy - Se escapa Travis.
Connor no sabe que decir, el muchacho abre y cierra la boca en repetidas ocasiones - Mira, no es lo que parece.
- ¿Que no? Porque parece que no te agrada la idea de que sea hija de Hermes.
Sisea - Y es lo que parece... ¡Pero no así! - El rizado trata de explicarse - Mira, el motivo por el que no quiero que seas mi hermana ¡Es por eso! No quiero que... Seas mi hermana.
- Tienes diez segundos para explicarte, Connor.
- Tal vez haya comenzado a experimentar ciertos sentimientos hacía ti que serían mal visto si fuéramos hermanos - Mueve sus dedos, nervioso.
Y ahora tú no sabías que decir - Oh.
- Si. Oh.
- Eres un gran chico, Connor y también me he sentido cercana a ti esta semana - Te paras del sitio donde estabas, quedando frente a él - Pero lo mejor sería separarnos hasta que me reclamen.
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Esa misma noche sucedió, estabas sentada en el comedor con los hijos de Hermes, lejos de Connor.
Un holograma aparece sobre ti, llamando la atención del resto de los campistas.
- Hades - Quirón toma la palabra - Dios de la muerte y señor del inframundo.
- ¡Genial! - Grita Connor.
