Los mortales estaban asustados, en segundos el cielo oscureció y una gran tormenta amenazaba con inundar la ciudad.
Los meteorólogos no sabían como explicar este suceso, la tierra se movía en cortos períodos y el mar formaba olas de hasta 24 metros, los rayos y truenos asustaban a la gente, muchos de ellos creyendo que el fin del mundo se producía.
La guerra había empezado.
- Debemos de hacer algo antes que sea demasiado tarde - Percy estaba agitado, el campamento estaba a punto de sufrir las consecuencias del inicio del fin.
Nico, quien había regresado rápidamente antes de ver a un enojado Hermes convertirse en su forma divina, se apoyaba en la pared mas cercana de la fortaleza que Leo construyó, su viaje en sombra lo agotó - Ir por tierra es peligroso y tardaríamos en llegar, mi padre liberó a las criaturas del Inframundo - Informa, tomándose unos segundos para poder respirar - Puedo utilizar mi viaje en sombra y transportarlos a todos al Empire State, solo necesito unos minutos.
Will frunce el ceño - No, Nico. ¡Mira como te encuentras! Otro viaje en sombra y con tanta gente solo te lastimará.
- ¿Si robamos un auto? - Connor pregunta.
- No, bro, igual tardaríamos - Travis niega - Pero no suena tan mal.
Estabas en una esquina, viendo a los adolecentes discutir entre ellos. Te sentías culpable de lo que pasaba, con el pensamiento de que nunca debiste estar en el mismo lugar con Hermes.
Leo juega con unas piezas de metal entre sus manos - ¿Y cuál sería el plan si llegamos?
Percy abre y cierra la boca - Improvisar.
- Me entregaré a Hades, para empezar nunca debí salir del Inframundo.
Nico mueve su cabeza en señal de negación - No mereces el trato que te daba, deja que Percy solucione esto.
El mencionado chasquea la lengua, siempre era él.
El hijo de Poseidón se queda pensando unos minutos, necesitaban un trasporte rápido y fácil de conseguir, mira el lugar en busca de ideas, notando la figura que Leo formó con el metal, un caballo - ¡Blackjack!.
Nico se queja en voz baja.
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El Olimpo era un caos.
Los dioses menores que vivían ahí huyeron junto a algunas ninfas y satiros, cuando Asclepio le dijo a Hermes que Zeus se llevó la sangre de la Gorgona este regresó al Olimpo, golpeando al Dios con su kerykeion, al segundo el golpe fue devuelto por el rayo maestro de Zeus, todos los dioses tomaron posición de guerra.
La brillante luz que emitían al estar en sus formas divinas era intensa y el ruido que provocaban ensordecedor, el trabajo que hizo Anabeth reconstruyendo el Olimpo caía en grandes pedazos por esta "pequeña" pelea.
- ¡No se vale, Artemisa! Dijimos no animales - Apolo se queja cuando los perros de caza de su hermana se le vienen encima.
- Nunca acordamos nada.
- ¡Creí que era lógico! - Exclama, tensando la cuerda de su arco y apuntando al brazo de su gemela.
Ninguno se quería dañar en serio.
- ¡Mierda! - Hera exclama cuando un pedazo de techo cae sobre ella, provocado por la explosiones de amor de Afrodita. La diosa estaba furiosa.
- ¡No pueden ir contra del amor! - Dice antes de caer por Atenea y comenzar una pelea de cuerpo a cuerpo donde la Diosa de la sabiduría tenía una clara ventaja.
Hefesto y Ares se miran a los ojos, el primer Dios piensa en sus movimientos, debían ser inesperados al tener Ares precognición en las batallas; el segundo Dios mantenía su confianza, sabiendo que Hefesto usará su piroquinesis contra él, exactamente apuntará a su rostro.
Pero la sonrisa se le va del rostro cuando unas vides se enredan en sus tobillos y lo hacen caer de cara.
- No me lo agradezcas - Dionisio tira su copa de vino, haciendo aparecer una coca-cola light, no lo admitiría en voz alta pero extrañaba la bebida.
Demeter usa su espada de oro imperial para alejar a Atenea de Afrodita, un fuerte golpe que desconcierta a la Diosa de la sabiduría.
Hera se recompone de la avalancha que le cayó, sus ojos se fijan en el primer Dios que se le pone en frente, Apolo.
El Dios de la medicina grita desprevenido al ser golpeado por Hera - Eso es jugar sucio - Intenta levantarse pero su hermana pone un pie sobre su cabeza, presionando.
Hermes usa su velocidad para huir del fuego negro de Hades, quedando cara a cara con Zeus, el Dios genera rayos en sus dedos y golpea con estos el rostro y parte del pecho de Hermes mientras tanto Hades invoca una gran cantidad de rocas, estrellando contra el Dios, sin darle el tiempo de pensar en su próximo ataque.
Hermes esta en el suelo, cierra los ojos cuando Zeus se le acerca para hacer el golpe final.
Estaba derrotado.
O eso pensaban.
En un abrir y cerrar de ojos se levanta, necesitaba ganar esto por ti, lo haría. Pasa a un lado de Zeus aparentando huir, chocando hombro con hombro con el Dios.
Zeus frunce el ceño - Esto se acabó Hermes. Ríndete antes que sea demasiado tarde.
El Dios ríe, negando - ¿Estas seguro que se acabó?.
Los demás Dioses habían dejado de pelear entre ellos para verlos, todos asombrados.
La expresión de Zeus vacila al notar algo faltante.
Hermes tiene el rayo maestro.
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