Eras hija de Alalá, la diosa del grito de guerra y mano derecha de Ares en sus batallas.
Naturalmente te llevabas bien con los hijos de Ares, es mas, ellos festejaron cuando tu madre te reclamo, invitandote a dormir en su cabaña hasta que la tuya estuviera lista.
- ¡¿Quien de ustedes tomó mi escudo?! - Gritas, asustando a los campistas que caminaban cerca de la caballa.
Y los que estaban en el comedor.
- Fui yo - La castaña sale al frente de sus hermanos, cruzando los brazos.
Tu expresión se suaviza, caminando hacia ella para darle u besito en la mejilla - Si lo necesitabas me lo hubieras pedido, cariño. Sabes que no me gusta que agarren mis cosas sin mi permiso.
Clarisse pasa sus brazos sobre tus hombros, dandote un rápido beso en los labios - Lo siento, bebé, pero de verdad lo necesitaba y no te encontraba.
A vista de los demás campistas (a excepción de los hermanos de la castaña) su relación era muy intimidante, ambas eran muy rudas, capaces de acabar con sus enemigos en un abrir y cerrar de ojos.
Pero a ustedes no les importaba, sabían que no era verdad.
Eso si, la pagarían muy caro si alguno de ellos llegase a meterse contra ustedes.
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Tienen alguna idea? ^^
