- No es necesario que hagas esto, es trabajo de las ninfas - Hermes quita de tus manos el viejo trapo que usabas para limpiar, obligandote a sentarte a su lado.
- Es lo menos que puedo hacer por lo que hiciste.
El Dios niega - Con quedarte a mi lado es suficiente.
Realmente querías corresponder los sentimientos de Hermes pero estabas muerta y no sentías nada, tampoco querías engañarlo de esa cruel manera.
No dices nada mas, el Dios suspira, continuando - Asclepio es el Dios de la medicina, hijo de Apolo y la mortal Coronis, tiene en sus manos una botella con sangre de la Gorgona con la capacidad de revivir a los muertos, estoy enviando a mis hijos a buscarlo para ti. Te convertirás en mi reina y vivirás conmigo en el Olimpo.
- Eso no será posible - Un hombre rubio y de traje azul aparece, mirando a Hermes de forma decepcionante - Hades la quiere de vuelta, amenaza con iniciar una guerra si no la entregas.
El dios de los ladrones se pone frente a ti, unas ninfas corren y te llevan lejos de los seres divinos pero bajo la vista de Zeus - Que haga lo que quiera, ella ahora esta bajo mi manto.
Zeus trata de ser no perder la calma, lo que Hermes tenía para él era un caprichoso. Algo común en los dioses - No puedes cambiar el orden natural, Hermes; ella murió, revivirla desencadenaría desorden en el mundo que conocemos. Es peligroso.
- No me interesa, estará a mi lado y se convertirá en mi esposa así el Inframundo venga a la tierra.
Te sueltas del agarre de las ninfas, caminando lentamente hasta su salvador - No puedes poner en riesgo la vida de miles de personas por mí, Hermes. Estoy agradecida por lo que hiciste pero debo volver, no pertenezco al mundo de los mortales - Dejas un beso en sus labios, diciéndole con la mirada que no valía la pena luchar - Estoy lista para volver al Inframundo.
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Parte 2