Eras la patrona de una pequeña ciudad en la antigua Grecia, al ser una nueva Diosa no había muchas opciones.
Tu templo estaba a punto de ser terminado y se te emocionaba, te disfrazaste de una civil para supervisar el avance.
- ¿Vino? - Un hombre rubio aparece a tu lado, extendiendo una botella.
- ¿Que quieres, Apolo? - Preguntas cansada, desde antes que Atenea te convierta en Diosa estuvo detrás de ti a pesar de las advertencias de Zeus.
- Traje vino - Apolo sonríe, entregándote la botella - ¡Para celebrar tu primer templo!.
- Te adelantaste un poco - Con la cabeza señalas la construcción.
Apolo baja la botella - ¿Entonces quisieras acompañarme en la fiesta de Dionisio? Como... ¿Una cita?.
- ¿Tu idea de una primera cita es ir a una fiesta con puros ebrios?.
El rubio no pierda su sonrisa - Entonces acompañame al Olimpo y abramos esa botella, solo los dos.
Sabías que no aceptaría un "No" como respuesta, asientes - Vamos, Apolo.