Capítulo 20

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¡Me ha venido la inspiración!

Luego más tarde lo corrijo!!

Hasta mañana o el viernes!! 

😘😘😘😘😘

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Pese a los buenos ánimos de su amiga Anne, Bry tenía cierta inquietud. 

Aprovechó el ajetreo que traía consigo los preparativos de las bodas, para no pensar y no dar más importancia al pequeño miedo que sentía y no tenía causa de ello. ¿O sí?

Aunque él le había dicho que había roto la relación con Florence y no quería que fuera ella la mujer con la que se desposaría, no se le quitaba el pensamiento de que aquello no había terminado. O era porque se consideraba inferior en cuanto a la belleza de la meretriz, maestra en la seducción y la pasión.

Cabeceó, intentando que se desvanecieran dichas y tontas inseguridades. Aun así, tuvo que haberlo visto antes, porque el día que preparaba las invitaciones, le extrañó que por parte de su futuro esposo, solo invitara a sus tíos.

¿Nada más?

— ¿Qué ocurre, hija? ¿Hay algo mal?

Tanto su madre como ella estaban en la salita repasando las listas con los nombres de las personas que invitarían a su boda.

— Es la lista que me ha enviado Portier — tuvo el detalle de no mencionar su nombre a su madre, era demasiado personal —, solo ha invitado sus tíos. Ni un amigo, ni a más familiares.

— Sí, es raro. A ver — no había que comprobar nada porque solo había dos nombres —. A lo mejor se ha equivocado y nos ha pasado de quienes no quiere que invitemos.

— ¿Sería malo que fuera a preguntarle? — le preguntó, mordiéndose el labio —. ¿Sería atrevido de mi parte?

Nettie alzó la mano y la sacudió en el aire.

— Ve. Si pregunta tu padre, le diré que has ido a casa de Anne — aún Andrew estaba a regañadientes de que su hija prendiera el vuelo, mejor dicho, que lo hiciera con lord Portier.

— ¿Me llevo a Evie?

— No, no le digas nada. Aprovecha y así os conocéis más. Ya queda poco para la boda, y es una tontería de que andes con una carabina a tu lado.

No lo hubiera pensado de su madre, pero más feliz porque no le pusiera pegas y no iba a quejarse por ello, la abrazó encantada de que le concediera ese favor.

***

No lo podía negar; estaba nerviosa. Delante de la puerta, estaba esperando a que le abriera, si es que había alguien dentro. Frunció el ceño y se preguntó si no había sido apresurado y hubiera sido preferente omitir esa "visita". A lo mejor se lo tomaría a mal. Su mente empezó a llenarse de pensamientos más negativos conforme pasaban los segundos, uno más pesado que el anterior, cuando la puerta se abrió y el hombre, que apareció tras ella — dedujo de que era el mayordomo por su apariencia —, le soltara:

— Ahora el señor está ocupado y no puede recibir ninguna visita.

— Oh — intentó no desanimarse —, le podría decir por favor que su prometida le ha visitado.

— ¿Le quiere dejar un mensaje? — siendo su tono más amable que antes.

— No, de verdad. Yo...

Miénteme © #4 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora