Un trozo

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Siento que no sea más largo. La inspiración va a cuentagotas. Aun así, os dejo con un trozo. Vamos poco a poco 😅🙈

Nos leemos

😘😘😘😘😘


Cuando su amiga la encontró, quiso morirse de la vergüenza, salvo que el sentimiento de bochorno en sí era más fuerte y duradero, para sentirlo un rato más, y porque ellas no se fueron como en un principio había pensado.

Se entretuvieron más de la cuenta.

Tanto que no salieron las primeras de la floristería como deseó poder haberlo hecho. Anne, después de haberla encontrado, no le hizo las oportunas preguntas sobre su enigmática tardanza. Aún era ignorante de lo que había pasado cuando había decidido dar un breve paseo tras su enfado con ella. "Breve" que para ella tuvo otro significado.


El "entretenerse" no le facilitó tener una salida más digna por derecho propio. Si eso pudiera ser posible. Estaban en el mostrador para dar los detalles de la factura, ya que iba a ser enviado el pagaré al padre de Anne, cuando el caballero con quien había tenido un encuentro fortuito pasó por delante de ellas. Como hubiera sido un cliente más, no mas para ella.

Bry intentó que el corazón no se le saliera. Aun así, tampoco pudo ignorarlo.

- ¡Qué pasen una buena tarde, señoritas!

La joven no respondió, apretó los labios en una línea fina mientras que su amiga abrió los ojos como platos ya que lord Portier se había despedido de ellas con galantería. A ninguna de las dos le pasó desapercibida la sonrisa ladeada que esbozó el hombre, divertido por sus reacciones.

- ¿Has visto eso? - le dio un ligero codazo para llamar su atención.

- No he visto nada - masculló entre dientes e intentó refugiarse en su disgusto, aunque de poco le sirvió. No se sentía nada contenta.

Anne pestañeó.

- Bryonny Madison, tienes dos ojos como yo, ¿cómo es que no lo has podido ver? Lord Portier se ha despedido de nosotras y ha sonreído.

Ojalá no hubiera sido testigo de ello.

- Sería porque quería mostrar su gran sonrisa tan brillante que quería dejarnos ciegas. Es engreído y presumido.

- Vaya, vaya...

- ¿Qué ocurre? - alarmada por su tono misterioso que empleó.

- Y yo que pensaba que te caería un poco mejor. Ha sido educado con nosotras, mas otro hombre en su lugar nos hubiera ignorado al pasar por delante de nosotras, ¿es porque tiene una amante?

No se le había olvidado momento escandaloso entre la amante y el caballero en la cafetería. Tampoco ella lo había podido borrar de su memoria.

- ¡Anne! No es por eso. Es simplemente - tomó aire para sus pulmones - no me gusta. Esa es la razón.

- Está bien, si tú lo dices. Aun así, no entiendo todavía tu animadversión hacia él. No nos ha hecho nada malo que yo sepa. ¿Hay algo que no sé? ¿Te ha ofendido?

- No - no de la forma que ella se estaba refiriendo -. No, no me ha ofendido.

Ese era el problema. No le había hecho un daño directo hacia su persona. Hasta ella misma le había sonado patético y débil su razón. Pero, si supiera la mitad de la historia, sabría el conflicto que sentía dentro. Un conflicto que no estaba desapareciendo tan fácilmente.

- ¿Entonces?

- Déjalo. Ni yo misma me entiendo.

Al menos eso era verdad.




Miénteme © #4 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora