Capítulo 1

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¿Veremos qué pasa más adelante?

Perdóname si hay algún error. Nos vamos leyendo

😘😘😘😘😘

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Un tiempo después...

Normalmente los paseos en Hyde Park tranquilizaban hasta los caminantes más vivarachos, sin embargo, había cierta joven que se había alejado de sus amigas y de sus carabinas, no por haberse ofendido, sino por una extraña sensación que la dominó. No había sido premeditada, sino que sentía en su pecho un mal augurio que poco tenía que ver con el tiempo, que de un momento para otro iba a chispear. Sin embargo, eso no la detuvo a ella y a las demás en continuar con el paseo, aunque fueran en ritmos diferentes. Las dejó hablando de sus cosas y de los vestidos que llevarían en esa misma noche en Almack's. Para algunas de ellas, excepto las casadas, eran su segundo año. Lo que todavía ocasionaba cierta ilusión pese a que aún no había un candidato llamando a su puerta.

Eso era la menor preocupación para Bryony Madison, que no había sido cortejada en su primer año de temporada. No poseía una belleza abismal y la gente la tildaba de rara por su pelo platino, ya que era más blanquecino que rubio, heredado por algún antecesor o antecesora nórdica. Aunque ella le encantaba su pelo, para otros era similar al de una anciana o una bruja mística. Contando con eso y con que su dote no era una cantidad grandiosa, no eran suficientes razones para que el caballero en cuestión pasara por el altar a desposarla. Huía antes de considerarlo.

Lo tenía asumido y no era una situación que la llevara por el camino de la amargura.

Tampoco tenía muchas cualidades que la hicieran ver más delicada. No estaba muy versada en las artes. Aunque su madre aún rezaba porque le saliera alguna "cualidad" decente, ya que su padre y ella se habían gastado una fortuna en contratar tutores e institutrices en su educación. Finalmente, acababa destrozando alguna pieza musical, una pintura o un bordado por mucho esfuerzo que empleara en ello.

Sí, era torpe y un puro nervio andante.

Y cuando una ráfaga de viento la azotó, quiso gimotear para sus adentros al sentir que su sombrero, un capricho suyo, se desprendía de un tirón de sus cabellos. No dudó en ir tras de él aunque eso implicara desafiar las leyes de la gravedad y de la suerte.

Oyó de fondo los gritos de sus amigas, llamándola, pero Bry corrió por el sombrero. 

Le gustaba mucho porque hacía sombra en su rostro y simulaba las pecas que adornaban en sus mejillas y nariz. Se detuvo cuando lo tuvo cerca y podía agacharse para recuperarlo. Respiró ya que sentía sus pulmones arder y lo iba a recoger cuando una brizna juguetona quiso que lo tuviera más lejos de su alcance.

— ¿Es en serio? ¿Qué he hecho en la vida anterior para merecerme esto?

Enfadada con el viento y los dioses de la mala suerte, caminó a zancadas para poder atraparlo. Cuando se posó cerca de los pies de un caballero, titubeó. Por una estupidez, pensó que le haría el favor de agacharse y recogérselo. Pero se equivocó completamente y su mandíbula quedó abierta cuando dicho hombre, que no había sido tal caballero, hizo caso omiso al objeto y se giró, dándole la espalda.

— Perdone — no era muy mayor para llevar bastón, por lo que su pudo fijar desde su posición, aunque estaba tan ofuscada que no le prestó demasiada atención —. ¿Tendría la amabilidad de recogérmelo?

El viento fue el que respondió. Encima, él la siguió ignorando. Hasta pasó por delante de ella.

— Gracias por nada. ¡Vaya maleducado! No era mucho lo que le pedía — afortunadamente pudo alcanzarlo ya que el viento no hizo de las suyas nuevamente. 

Lo cogió y no pudo evitar echar un vistazo hacia el hombre que iba alejándose. Aunque lo trataba de disimular con el bastón, no iba recto en su caminar. Lo que hizo suponer era que cojeaba de un pie, y no estaba presumiendo de la fina y elegante vara de madera. 

Sus amigas habían llegado hasta ella.

— Bry, ¿para qué has corrido de esa manera?

— Eh, lo siento. Era porque se me había escapado el sombrero, pero ya lo tengo — dijo con una sonrisa, que se quedó congelada en sus labios.

Ya lo tenía, entonces, ¿por qué no se le quitaba esa sensación inquietante?  

Miénteme © #4 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora