- ¿Cuánto tiempo estaré así? Me volveré loca.
- No te quejes.
¿Lo habrá dicho en serio? Sus miradas se encontraron, iniciando otra batalla. Le respondió con un pequeño y ligero puntapié con el pie sano, pero su marido lo esquivó y le regañó.
- Ni te muevas - reafirmándose en su sujeción y pudo quitarle la venda de su pie.
Lo tenía menos hinchado, aun así, su adorable esposo quería que guardara todavía reposo. ¿No era motivo para volverse loca? Encima, cuando él se proponía a tocarla, otra vez, aunque no exactamente como ella quiso.
Contuvo un resoplido y se acomodó en los almohadones que había hecho poner en su espalda para que estuviera cómoda. Algo debía hacer ya que sus movimientos eran más restringidos. No salía de la casa, y si quería ir a un sitio, su doncella, Jackson o Edward la ayudaban a bajar o subir. Si quería hacer algo, se limitaba a leer. Ya estaba aburrida, y más cuando el susodicho rondaba cerca de ella. O cuando se dormía con ella y le daba más que un beso de buenas noches. ¡Un beso! Creyó que alguien le había echado el cenizo en su puerta.
¡Cómo podía tener tanta mala suerte!
Sus ojos se deslizaron hacia el único culpable de su frustración, porque lo hacía adrede. Le gustaba dejar, tal como le acusó hacía dos días, con las mieles en los labios, para luego retirarse de una forma cobarde, recordándole de que debía guardar reposo.
¿Qué podría hacer para que cambiara de opinión?, se preguntó lejos de los pensamientos verdaderos de Edward. Si supiera dar con la tecla correcta...
Si supiera la verdad, no estaría haciendo cábalas ya que el caballero en cuestión estaba haciendo unos grandes esfuerzos por no sobrepasarse y comportarse como buenamente le era posible, porque estar cerca de su esposa era de por sí una gran tentación, sobre todo, con la imagen que ella presentaba. La pura inocencia con ese camisón virginal.
Sí, estaba siendo un gran idiota, se dijo y una vez más intentó centrarse en proseguir con su tarea de echarle la crema.
Se había prometido ser un caballero. Y lo sería.
¿No era de buen ver ser bueno?
Se maldijo por haber hecho esa absurda y honorable promesa a sí mismo.
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Miénteme © #4 Saga Matrimonios
Ficción históricaLa historia de lady Samantha hubiera sido la continuación de me odiarás, pero esta la ha guardado en un cajón debido a la poca inspiración que iba teniendo. No la dejaré por mucho tiempo guardada ya que he pensado que será la última de la saga. Sí...