Miénteme © #4 Saga Matrimonios

Un trocito

Lo siento porque sea tan mini corto; estoy espesa y se nota 🙈 Os dejo con un trocito más del anterior capítulo antes de que la tormenta asome y se lleve todo por delante. Aún no sé cuáles serán las consecuencias.

Os dejo con él!!

😘😘😘😘😘

_________________________

 El control casi se le escapó de las manos, sino fuera por la intervención de Jackson, que con un sonoro carraspeo, los hizo apartarse, pero no tan rápido. El mayordomo puso los ojos en blanco y se fue de allí, dejando a los tórtolos en su salsa.

Sentir la suavidad de sus labios fue mucho para él, que había estado soñando con ella y sus besos, con el deseo de hundirse en las mieles de su dulzura, porque toda ella era dulce para sus sentidos. Incluso, el ver sus mejillas arreboladas, los labios un poco hinchados y el percibir su cuerpo contra el suyo eran una mezcla envolvente y peligrosa que lo tentaba a pecar.

No era el único cuando sus ojos chocaron y se perdieron en la deriva del deseo no consumado. Intentó poner orden a su cabeza. Él se apartó con una sonrisa lacónica y lamentó la distancia impuesta.

— He de dejarte marchar.

— Sí.

Aun así, no se fueron. Edward contuvo un suspiro y colocó la mano en el marco, apoyándose en ese punto.

— Nos vemos en la boda, entonces.

Habían decidido no montar la parafernalia de celebrar una fiesta de compromiso. Bry asintió con un nudo en la garganta.

— No te arrepentirás, Bry. Te lo prometo. Sé que suena repetitivo, de todas formas, lo diré. Aunque no hayamos tenido tiempo para conocernos en profundidad como otra pareja haría, te prometo que habrá merecido el riesgo, habrá merecido la pena. No quiero que tengas miedos, ni dudas...

— No tengo miedo de ti — no fue consciente y lo tocó en su pecho, justo en donde estaba el límite de la tela y su piel cálida. Intentó apartar la mano, pero él la detuvo, haciéndola que sus mejillas volvieran a encenderse, más de lo que estaban.

— Es bueno saberlo, al menos no huirás cuando te vuelva a besar — consiguió que ella esbozara una tímida sonrisa —. Me harás el novio más feliz de toda la tierra cuando delante de decenas de personas me digas el sí quiero.

— ¿No es una gran misión el que me pones en mis manos? ¿Si tropiezo cuando vaya hacia el altar? ¿Y si...?

— Shhh, Bry. No me decepcionarás como te dije. Y si te caes, yo estaré a tu lado para ayudarte a levantarte e irnos juntos al altar. No lo haré sin ti.

Bry no pudo sentir más pánico en toda su vida que en ese instante porque se enamoró aún más de él.