¿Qué hago con 6 hijos?

Damián Bennet: Un pequeño guerrero

*Narra Javier

No dormí nada anoche, Lucía durmió gracias a los tranquilizantes, pero yo quería hacerme el fuerte. No quería que viera que me muero del miedo. Amo a Damián, pero no se cómo ser un padre. Todo esto es tan rápido, Se que él estará bien pero me preocupa que no pueda ser el padre que mi pequeño hijo se merece.

Me levanté temprano, me hice una taza de café y me senté a pensar. Siempre pensé que sólo los viejos tomaban café, pero yo a mis 28 años, era adicto a el. Hoy veriamos al bebé. Tenía muchas emociones encontradas. Lucía se levantó un poco después, soñolienta todavía.

-Amor, ¿como dormiste?- Me preguntó, no puedo evitar enamorarme cada día más de su cara. Aún recién despierta se veía hermosa.

-Dormí, bien. No tanto como tu, ¡Roncaste como loca!- trate de mentir para que ella no se preocupara.

- ¿Yo? No te creo.- se acercó a mi.

-¿No me crees? ¿Qué hago para demostrarte que roncas?-le dije ya pegado a su cara.

-Dame un beso, sólo así te creeré.- Ella sabía ser coqueta cuando quisiera.

Yo le di lo que pidió, no podía resistirme a sus encantos. Luego de todo eso nos duchamos y nos dirigimos a la primera visita al hospital.

Era a las 9:00am, nos iban a permitir sacarlo y que Lucía pudiera lactarlo. Ella estaba contentísima. Cuando llegamos al área de bebés prematuros, las enfermeras nos recibieron con grandes noticias, Damián estaba mejorando. Tratarían de quitar la máquina, ya que empezaba a respirar con menos dificultad.

Había que aceptar una realidad, Damián tenía a todas esas enfermeras locas por él, ellas le tenían un cariño grande. Él simplemente había nacido para robar corazones. Como su papá.