Mrs. Bennet

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*Narra Javier
24 septiembre 2018

Ese beso fue realmente increíble. No se cómo pude haber dicho una cosa tan estúpida como aquella. Mis hijos son lo más importante en mi vida, por ellos vivo. Mi esposa es mi más grande hazaña.

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- Buenos días Carmen, ¿ Algo especial? - pregunté refiriéndome a recados o cartas

- Usted señor.- dijo coqueteando. Carmen siempre hacia lo mismo.

- Gracias Carmen.- dije entrando a mi oficina.

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* Narra Lucía

- Que tengan un lindo día, los amo.- dije bajando a los más pequeños y despidiéndome de cada uno.

Todos estaban en la misma escuela ya que se especializaban desde pre-escolar hasta sexto grado.

Subí nuevamente al auto, miré por el retrovisor. Allí estaba Laïla, sus ojitos estaban abiertos. Miraba curiosa.

Tenía que llevarla a casa de su abuela. No podría ir a una entrevista con la ella. Javier no sabe que hacían 2 meses había solicitado para una escuela. Ellos me dieron tiempo ya que estaba embarazada. Ya es tiempo, estoy nerviosa.

Conduje hasta llegar a la casa Jackie, bajé a Laïla de su asiento y busqué todas sus cosas. Ella estaba en la puerta esperándome.

- Hola, buena suerte hoy Lucía.- dijo dulcemente Jackeline tomando a la pequeña en sus brazos, yo le di un beso a ambas.

- Gracias, cuidanse.- dije mientras me subía otra vez al auto.

Mientras estaba en el auto, pensé en Javier. Amo a ese hombre pero la monotonía puede dañar cualquier relación. Quizás el amor no basta.

Llegue a la escuela, "Miami's School of Arts". Aquí estaban los niños mas engreídos y ricos de todo Miami. Pagaban muy bien a todos los maestros.

Entro por la puerta principal, todo era blanco y tenían algunas réplicas de pinturas muy lindas.

Me dirijo específicamente a la oficina del director. Tengo a la mano todos mis papeles.

- Buenos días Mrs. Benant- dijo el director mirando sus papeles. Estaba calvo y era muy alto. Tenía una gran pansa y una sonrisa burlona.

- Buenos días. Se pronuncia Bennet.- dije refiriéndome al nombre.

- Perdone, es que parece que mi secretaria escribe chino ¿Trajo todos sus papeles?- dijo sonriendo

- Si, aquí están.- le entregue una carpeta azul con todos los papeles importantes para que me aceptarán.

- ¿En dónde se especifica exactamente?- preguntó abriendo la carpeta.

- En el teatro. Estudie en la universidad de Miami.- dije

- Veo que sus papeles están muy completos.- miraba detenidamente cada papel.- venga conmigo, le daré un tour por la escuela.

Salimos de su oficina, en el pasillo estaban algunos de los niños cambiando de salón. Pasamos por el salón de arte y por el de ballet. Estos estudiantes son muy apasionados.

Terminado el tour nos encontrábamos en la puerta.

- Espero que le haya gustado Sra. Bennet.- dijo extendiendo su mano.

- Espero que a usted le haya gustado mi trabajo y considere aceptarme como una más de sus maestras - dije devolviendo el saludo.

- Créame, la llamaremos.- dijo sonriendo.

Salí contenta, me subí a mi auto y brincaba de emoción. Que bueno que ahora podré trabajar de nuevo. Me siento más independiente.

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*Narra Javier
6:40 pm

- Hola princesa.- dije levantando a Joanne que había venido corriendo a saludarme.

- Papá ¿Quieres escuchar lo que aprendí hoy en mi clase de piano? - dijo ella contenta.

- Ahora no pue...- dije cuando recordé lo que Lucía había dicho sobre el tiempo que pasamos con los chicos y cambié de opinión- Si, enseñame.- ella me dirigió al piano que tenemos en la sala y tocó una hermosa melodía.

- Muy bien, tocas hermoso. Sigue así.- dije abrazándola.

Frente al televisor estaban Maximilian y Aarón. Ambos brincaron hacía mi cuando me vieron.

- ¿Dónde esta Mamá?- pregunté cargándolos uno en cada brazo.

- En su cuarto, con la bebé.- dijo Aarón.

Los puse nuevamente en el piso y pase por la cocina. Todo estaba limpio y en el microondas estaba mi comida. Me pareció extraño que no comiéramos todos juntos como siempre hacemos.

Subí a mi cuarto donde estaban Lucía y Stephanie con la bella de Laïla que estaba en el medio de nuestra cama.

- Llegue- dije en la puerta. Sonreí tímido. Me sentía raro hablando
con Lucía, no se por que. Algo no estaba bien.

- Hola.- dijo Lucía sonriendo. se veía cansada, se notaba en toda su cara.

- Papá, Laïla es muy bonita. Hice un dibujo de ella y Mamá- dijo Stephanie enseñándome en papel en el cual se veía algo que parecía una mamá con su bebé en brazos.

- Si que lo es, ¿Podrías dejarnos un momento a Mamá y a mi?- dije dulcemente. Ella asintió y se fue contenta.

Miré a Lucía quien se veía distraída.

- ¿Cómo te fue hoy?- dije sentándome al lado de Laïla.

- Muy bien, me llamarán en cualquier momento.- dijo neutral. El ambiente se sentía tan frío ¿Que estoy haciendo mal?

- ¿Te sientes bien?- dije mirándola a los ojos.

- ¿Tu te sientes bien? Digo, esto...se a vuelto falso. Creo que la monotonía se ha instalado en nuestra relación y no nos dimos cuenta.- dijo mientras sus ojos se aguaban. Guarde silencio por un momento.

- Hace mucho que me siento así, no quería decírtelo por los niños. Luego me enteré de que estabas embarazada y pensé que todo cambiaría. Mi amor por ti no cambiaría nunca, pero... Ya no es lo mismo.- dije aguantando su mano. - ¿Quieres buscar alguna terapia?-

- Sabes que eso no funciona Javier. Has visto muchos casos donde es mejor.... Separarse.- dijo ella llorando levemente.

- ¿Crees que eso sea lo mejor?- dije aguantando mis lágrimas.

- No lo se, estoy confundida. No quiero que Laïla se despierte sin su papá. Pero tampoco quiero atarte, quiero tu felicidad y la mía.- Miré a Laïla quien dormía profundamente.

- Lucía, recuerdo cuando te vi por primera vez, era sólo un niño y me dije »Ella algún día será mi esposa« y trabaje para eso. Siempre quise impresionarte, que vieras lo mucho que te amaba. Casi 29 años después estoy aquí, hablando como si no nos conociéramos. Quiero que sepas que nunca habrá alguien que pueda remplazarte. Siempre serás mi primer y único amor verdadero. Decidas lo que decidas, nunca saldrás de mi corazón. Aunque la rutina y el tiempo nos hayan atacado, tu lugar estará intacto.- dije y la abracé. Ella me apretó fuerte, sentí como lloraba en mi hombro.

- Javier, quiero que seas feliz.- dijo.

- Quiero que tu seas feliz.- dije limpiando las lágrimas que estaban en su mejilla.

- ¿Nos damos un tiempo?- dijo ella.

- Si es lo mejor, entonces si.- respondí. Besé la frente de Laïla y fui a ducharme. Quite toda mi ropa y fui directo al chorro de agua caliente. Pensaba en toda la vida que he tenido junto a Lucía. Tengo 38 años, no podría empezar esto de citas y casarme de nuevo. Toda mi vida planeada se viene abajo.

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Gracias por leer, las quiero..

¿Qué hago con 6 hijos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora