Los besos tiernos de abuela

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*Narra tercera persona
14 de abril, 2009

Una vez más se asomaba el sol por la ventana de los padres Bennet. El pequeño Damián se levanto al menos otras 3 veces en la noche. Aunque estaban cansados tuvieron que levantarse por que hoy toda la familia más cercana vendrían a ver al nuevo retoño.

Lucía fue la primera en levantarse, salió a ver Damián, quien estaba profundamente dormido. Ella aprovecho y se hizo un buen café. La familia vendría hoy a la casa, tenía que prepararla. Organizó un poco la sala y la cocina. Su hogar siempre estaba impecable. Lucía era un poco maniática con la limpieza. Javier despertó luego y buscó a Damián quien estaba despierto pero milagrosamente no lloró.

Damián era pequeñito, la ropa  le quedaba un poco grande. Su manitas eran frágiles, era toda una ternurita.

Lo llevó a la sala, allí lo pusieron en un moises color azul, la familia vio televisión un rato. De repente Javier pregunta un poco asustado:

-Oye, ¿quien le explicará de donde vienen los bebés?- esta pregunta dejo a Lucía un poco desconcertada.

- Bueno es un niño, los nenes son de papá- contestó Lucía librandose de toda esa responsabilidad. Javier era más apto para decirle, él había estudiado todas esas cosas.

También vendrían los vecinos, Margie y Daniel eran los vecinos que quedaban a la derecha. Ellos tenían un niño de 7 años, la comunidad estaba llena de niños. Vivían en Puerto Rico, pero venían a Miami de vacaciones.

Como a las 2:00 pm llegó la orgullosa abuela, Elizabeth acompañada de su otra hija, Isabelle y su nieta Alanys. Rápidamente saludo y pidió abrazar y besar a Damián.

- Es hermoso, se parece a su papá. Que bueno que te casaste con un hombre guapo- dijo la Sra. Naboa, quien siempre tenía un gran sentido del humor. Ella no dejaba de besar al bebé, era su primer nieto varón.
Isabelle se dirigió hacia Lucía:

- Hermana, mi sobrino es toda una hermosura. Te felicito, conseguiste tu felicidad- Isabelle siempre estaba al cuidado de su hermana mayor. Se tenían un amor incomparable.

-Gracias, belle. ¿Dónde esta mi pequeña Alanys?- Lucía buscó y cargo a la bebé de 2 meses. Alanys era una niña rubia con ojos verdosos tal vez heredados de su papá.

Isabelle estaba en una depresión disfrazada. Su esposo había muerto en un combate. Era un gran militar. Alanys apenas tenía solo 1 mes de nacida. El dolor era muy reciente.

-¿Estas bien, te noto triste?- pregunto Lucia tratando de hablar con su hermana.

-No, no lo estoy. Si no fuera por mi princesita, ya no se ni donde estuviera- Isabelle aguantaba las ganas de llorar.

- Todo estará bien, si superamos lo de papá, te podré ayudar a superar esto ¿si?, tienes que ser fuerte por Alanys y por ti- cada vez que Lucía hablaba con su hermana le daba consuelo.

Los próximos a llegar fueron los Señores Bennet. Jackeline estaba de buen humor y bien vestida, como siempre. George con su cara seria pero esta vez había una pequeña sonrisa. Lo quisiera demostrar o no estaba feliz de ver a Damián. Jackeline también pidió darle besitos. Los besos de abuela son los más cálidos y tiernos de este planeta.

- Elizabeth, primor. Se que es todo un encanto pero ¿me dejarías cargarlo?- La abuela materna le paso a Damián. Ella no tenía ningún inconveniente.

- Que belleza, eres tan guapo como tu abuelo.- Dijo la abuela primeriza mientras rozaba su nariz con la de Damián.

El señor George aclaró su garganta para dejarle saber a su esposa que ese comentario no le agrado. Jackeline siempre trataba de sacarle un sonrisa al pobre viejo.

- No le digas eso, lo vas a malcriar. Permíteme cargarlo- todos se asombraron, que el abuelo George quisiera cargar a su nieto era algo asombroso, nunca antes visto.

George cargó a Damián y este sonrió. Su abuelo cascarrabias le había sacado una inocente sonrisa.

-Eres todo un Bennet, Bienvendo.- dijo George mientras su semblante cambiaba. Estas palabras conmovieron a todos especialmente a Jackeline y a Javier. Ellos eran los más que habían sufrido su sequedad sentimental.

Estuvieron hablando y hablando hasta que llegaron los vecinos. Margie venía con su cabello marrón y su piel color canela. su esposo, Daniel, un hombre alto blanco y pelinegro. Saludaron y trajeron un pequeño detalle para Damián, un columpio para bebés. Lucía no podía esperar para poder ponerle allí. El hijo de Margie y Daniel, Mateo, estaba tímido y se escondía tras su madre.

La noche llego y la primera en irse fue la Sra. Naboa, su hija Isabelle la llevaría a casa.

-¡Ay Lucía! Damián es un bebé hermoso. Dios te lo bendiga y a ustedes. Me voy a casa, quiero venir más seguido, Damián se ha robado una parte de mi corazón.-
Diciendo estas palabras, tomó sus cosas y se fue junto a Isabelle.

Los próximos en irse fueron los vecinos, tenían que volver a Puerto Rico temprano en la mañana.

Los últimos en irse, aunque parezca mentira, fueron los abuelos Bennet. George cargó a Damián lo que restó de la noche. Jackeline estaba loca por ellos.

- Lucía, felicidades. Damián es un bebé hermoso. Gracias por ser parte de nuestra familia, George está muy contento. Jamás le vi tan feliz.- se abrazaron y luego se fueron los Sr. Bennet.

Una vez más los padres primerizos se encontraban solos con el bebé. Javier lo bañó y luego Lucía lo lactó. Cuando Damián terminó, lo acostaron en su cunita y ellos también se ducharon y se acostaron en la cama para hablar.

-George se veía diferente, ¿lo notaste?- Lucía aún no lo creía.

-Si, me alegra que sea así con Damián.-Javier estaba muy cansado, beso a Lucía y se fue a dormir. Lucía así también lo hizo.

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Queridos lectores:
Lo siento, no publico tan seguido pero es que tengo otras cosas, prometo subir capítulos los martes o los jueves. Los personajes Margie y Daniel son parte de otra de mis historias "Una figura paternal muy especial" léanla, si les interesa la vida de ellos.
Los quiero,

¿Qué hago con 6 hijos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora