Tomás G.
—¿Para dónde va Tomás?, —preguntaba Martina al ver salir al chico casi que corriendo.
—Una cita, algo de una entrevista entendí, va a estar fuera todo el resto del día; —comentó Luisa. —¿Viste lo que dice el periódico?
—No he tenido tiempo, ¿cuál es el chisme de hoy?
—Al sujeto ese que trabajaba en la oficina de Migración, ya salió veredicto.
—Fueron rápidos, apenas tres meses.
—Bueno aún tiene que afrontar otros cargos como el trafico de influencias, corrupción y soborno; pero lo condenan a cinco años para iniciar. Ayer lo trasladaron a la prisión estatal. Hablando de esto, ¿qué paso con aquella periodista?
—¿La Morrisón?
—Aja.
—Tengo entendido que se fue del país, eso fue lo que me contó Simón Gómez cuando me lo encontré caminando hace unos días atrás.
—Bueno, después de todo lo que hizo, imagino que ya nadie la quería cerca. Siembra vientos y cosecharas tempestades, —completo Luisa.
La puerta se abrió y entró una joven. Luisa la reconocía como una de esas chicas raras de la oficina del piso de abajo. Era, a su conocer, la más agradable de aquellas marimachos que se dedicaban a buscarle a las esposas despechadas las amantes de los maridos sinvergüenzas para luego ir y arruinarlos en las cortes.
—Se encuentra doña Martina, —dijo la joven.
Martina se asomó a ver quien entraba y sonrió a la chica.
—Vaya, por Dios, es la primera vez que por la demora pensé que se habían olvidado del asunto.
—Para nada doña Martina, pero la cosa no ha sido fácil; y esto es preliminar; y está fea la cosa.
—¿Y bien qué es lo que ocurre?
—No somos los únicos, —dijo la chica preocupada. —Casi toda la cuadra, por no decir el sector está siendo comprado por un inversor anónimo.
—¿Qué dices?, —dijo Martina preocupada y Luisa se sumo a la angustia.
—Eso, nos están comprando barato, y a aquellos con propiedades como el caso suyo ya les están haciendo ofertas de comprarles el inmueble. Ya tienen casi toda la cuadra, al menos los edificios más viejos y ruinosos de más abajo, y varias de las casas cercanas. Calculamos que poseen ya casi un cuarenta por ciento de todas las propiedades.
—¿Y quién las está comprando?
—No sabemos, la primera fue un palacete de un ricachón que murió el año pasado a unas cuadras de aquí; y de ahí han venido subiendo hasta acá. Este edificio, salvo por los que son dueños como usted, los médicos del primero, y el abogado al lado, todos los que alquilamos estamos ya pagando alquiler al nuevo propietario, pero me dijo el ingeniero que se le vence el contrato en tres meses más que ya le informaron que no se lo iban a renovar.
—¿Estás diciendo?
—Se vienen moviendo desde hace más de un año, eso es seguro; quieren todo el sector, casi unas ocho manzanas completas. Para qué y quién, eso no lo sabemos aún, pero algo me dice que en pocos meses la presión va a aumentar y en menos de un año todas estas propiedades seran de estos tipos.
—Por Dios, mi apartamento, —dijo Luisa preocupada.
—Su inmueble, nuestras oficinas, todo; sugiero que empecemos a buscar donde mudarnos, sin comentar el asunto, no vayamos a generar pánico y la cosa se acelere más rápido y nos quedemos sin nada. He visto esto antes, a medida que avanzan empiezan las presiones, aparecen grupos violentos por el sector, se incrementan los robos y asaltos a las propiedades, hay incendios inesperados de aquellos que se niegan a mudarse, y más; —completó la chica preocupada.
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Thomas & Tomás - Serie: Agencia Matrimonial - 03
RandomHan pasado casi cinco años de la muerte de Eva; pero Thomas Lyon no logra olvidarla. Su tía le sugiere hacer como ella hizo con Adán, usar la Agencia Matrimonial de su amiga para conocer a su alma gemela. Hay sólo un problema, él no cree que pueda e...