Capítulo X

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Tomás G.


Tomás entró en la oficina. Luisa se levantó presurosa a abrazar el chico con una sonrisa en la cara. Tomás sonreía, no podía creer que habían sobrevivido esa primera semana y las cosas había salido mejor de lo esperado. Martina también vino a recibirlo y a abrazarlo, pero a diferencia de Luisa, no mostraba una cara de alegría al verlo, sino de preocupación.

—¿Lo pasaron bien?, —preguntó Luisa con los ojos brillantes.

Tomás asintió.

—Estas cojeando, —dijo Martina.

—Me caí y torcí el tobillo, nada grave.

—¿Y la venda en esa mano?

—Agarre una ortiga por error en una caminata por el parque forestal, —explicó Tomás sonriendo.

—Ya, ves, —dice Luisa agarrando la quijada del chico con una mano. —Está bien, mira esa cara de felicidad.

—Bueno, no está de más preocuparse, —insistió Martina. —¿Entonces ya decidieron donde van a vivir?

—En su casa, hay espacio de sobra, Thomas me explicó que es una quinta muy grande para sólo dos personas.

—¿Dos personas?, —duda Martina.

—Él y su padre.

—¿Vas a vivir con tu suegro?, —Martina se asusta.

Tomás asiente.

—Creo que le caigo bien.

—Sigue creyendo eso.

—No te agrado don Arthur.

—Repelente el hombre, eso es lo que sentí cuando nos conocimos en la boda.

—Vamos, es algo excéntrico, pero no para tanto.

—¿Apostar en tu matrimonio, crees que eso es normal?

—Era una broma, sólo se divertía, —justificó el chico.

—¿Sabes lo que le dijo mi madre a mi hermano cuando se caso?

Tomás negó, como iba a saber eso.

—Múdate lejos de tu madre, pero más lejos de tu suegra, eso le dijo.

—¡Oh, vamos no es para tanto!

—Sabes a que se dedica tu suegro.

—Thomas me dijo que es vicepresidente de las empresas Lyon.

—Eso es ahora, esa es su careta actual, sabes lo que hace realmente.

—No, —dijo Tomás divertido.

—Después de la boda y conocerlo quede preocupada; ese hombre sabía que no éramos tu abuela y tu tía; sino tu secretaria y casera, y la abogado de tu compañía.

—Bueno investigó un poco sobre mi, me iba a casar con su hijo así como así, —dijo Tomás, ya el suegro le había sacado la cartilla esa noche de la boda.

—¿Sabes cómo obtuvo esa información en menos de una semana?

Tomás dudo.

—Trabaja en el Ministerio del Interior.

—Bueno, yo trabaje en una oficina del Ministerio de Exteriores.

—Es un pez gordo de la SIN.

—¿SIN?

—Servicio de Inteligencia Nacional.

—¿...?; —Tomás seguía sin entender.

Thomas & Tomás - Serie: Agencia Matrimonial - 03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora