Fabana buscaba con desesperación a su hija cuando finalmente la vio regresar. Pudo notar que Shenzi, su pequeña, estaba cubierta de lodo, pero eso no le importó, pues nada le había hecho más feliz en el mundo que haber encontrado a su hija sana y salva. Y así, Fabana frotó su rostro contra el de su hija de manera amorosa, a manera de abrazo, y en susurro le decía: "Ya he perdido a tu padre, si te pierdo a ti o a tus hermanos, no sé qué haría. No vuelvas a perderte así, por favor", Fabana era un mar de lágrimas que se combinaban con la paz que le daba el saber que su hija estaba bien.
"No, mami", dijo Shenzi de una manera muy tierna, mientras las muestras de cariño entre madre e hija continuaban.
Durante la noche dentro de su cueva, Loebanna estaba siendo atormentada por el espíritu dentro de ella. "Ya no quiero seguir con esto, ¡ya no, por favor!", la hiena lloraba de una forma desgarradora. Las acciones del Makei dentro de ella comenzaban a asustarla. Ella no deseaba hacerles daño a los cachorros de Fabana, aunque ellos fueran por sí mismos el símbolo del amor que Fabana y Rott se tenían. "¡Ellos no tienen la culpa!, ¡Ellos no tienen la culpa de nada!", decía la hechicera una y otra vez, mientras se cubría la cabeza con sus patas delanteras.
"Sabes que en el fondo deseas hacerles tanto daño como yo, sé que en el fondo de tu ser disfrutaste ver a la niña sufrir dentro de las arenas movedizas. Acéptalo".
"¡No!", gritó rotundamente Loebanna, "Y ya me cansé de ti. Mañana mismo le confesaré a Shimbekh que estás dentro de mí, y ella no sólo te exorcizará, también te destruirá con sus poderes espirituales".
Pero esto, en vez de preocupar al Makei, sólo lo hizo reír con fuerza y de manera siniestra:
"Si haces eso, Shimbekh le dirá a tu abuela Kokasha que utilizaste la magia negra para invocarme, ¿eso es lo que quieres?"
Loebanna amaba mucho a la abuela Kokasha, y no quería decepcionarla. Además todos en la jauría podrían pensar que la abuela Kokasha le había enseñado a Shimbekh a utilizar las artes oscuras, y eso arruinaría su reputación como honorable sacerdotisa al servicio de la Diosa Roh'kash. Y de repente un pensamiento irónico llegó a su mente: La vez que su hermana le había dicho que la acusaría con la abuela Kokasha por haber provocado la muerte del cachorro Keko no tuvo miedo, pero ante la misma amenaza por parte de un Makei sí se sentía vulnerable.
Loebanna entonces entró en una fuerte desesperación: Estaba atrapada, condenada. Se echó al suelo y comenzó a llorar amargamente, mientras el Makei dentro de ella se burlaba de una manera perversa.
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El Rey León: CLARO DE LUNA (sobre HIENAS)
FanfictionClaro de Luna: Historia de dos hermanas hienas: Loebenna y Loebanna; Una de ellas nacida con poderes mágicos asombrosos, adquiridos bajo ciertas condiciones: La maldición del Claro de Luna, que la convierten en una amenaza para todos, mientras que s...