Fuera de la cueva, a Taka y a Loebenna solamente les quedaba esperar; minuto a minuto la tensión se apoderaba con más fuerza de ellos.
"¿Cuánto crees que tarden?", preguntó Taka a la hiena, en un afán de suavizar un poco el ambiente, más Loebenna no le respondió, estaba muy perturbada como para emitir palabra alguna, estaba como ausente.
De pronto, sin que Taka lo esperara, de la nada Fabana apareció frente a él, acto seguido, comenzó ella a colmarlo de besos, y le habló al cachorro de una manera agitada, atropellada y jadeante, sonaba como si minutos antes ella hubiera corrido kilómetros en un maratón olímpico.
"Taka, tenía tanto miedo de que estuvieras perdido. Cuando desperté y no te vi ahí me asusté, y comencé a buscarte por todo El Cementerio".
Debido a las delicadas circunstancias, al joven león no le hizo mucha gracia la llegada de su madre a la escena.
"¡Mutti...! ¡Me alegra verte bien!, más no creí que te recuperarías tan rápido de accidente; creí que aún seguirías inconsciente en casa".
Fabana no pudo evitar percibir la indiferencia y el nerviosismo en las palabras de Taka.
"¿Qué ocurre, jovencito?, ¿Acaso no te da gusto verme?"
Y no es que Taka no hubiera sentido alegría de ver a Fabana tan recuperada, pero temía por la seguridad de ella a causa del exorcismo que se llevaba a cabo: "Nada de eso, Mutti, lo que ocurre es que..."
Pero antes de que pudiera decir algo más, un grito horrible provino de la cueva. Fabana reconoció de inmediato
la voz de quien había reproducido aquel berrido; "¡¿Loebanna?! ¡¿Loebanna está aquí?!", preguntó a Taka con un dejo de inquietud en la voz.
Como había centrado toda su atención en Taka, Fabana no se había dado cuenta de que Loebenna también se encontraba en el lugar, así que dio un brinco cuando la respuesta a su pregunta no provino de Taka: "Sí, mi hermana se encuentra allá adentro".
"Y por eso no debes entrar", agregó Taka, apoyando a Loebenna.
A Fabana le cayeron de extraño las palabras de Taka, y lanzando una mirada de sospecha al cachorro y a Loebenna, inquirió comenzando a perder la paciencia: "¡¿Por qué no?! ¡¿Qué me están ocultando ustedes dos?!"
Pero antes de que ella pudiera decir otra palabra más, fue interrumpida por otro ensordecedor grito de Loebenna. Un grito aterrador.
Fabana no pudo más; miró a Loebenna con inquietud y le dijo: "Pues si a ti no te importa tu hermana, a mí sí me importa mi amiga", y con estas palabras, Fabana se adentró a la cueva, presurosa.
"¡No vayas! ¡Es peligroso!", gritaron Taka y Loebenna al unísono, así que ambos corrieron detrás de ella.
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El Rey León: CLARO DE LUNA (sobre HIENAS)
FanfictionClaro de Luna: Historia de dos hermanas hienas: Loebenna y Loebanna; Una de ellas nacida con poderes mágicos asombrosos, adquiridos bajo ciertas condiciones: La maldición del Claro de Luna, que la convierten en una amenaza para todos, mientras que s...