Una vez más, Kokasha se retiró de su posición, deshaciendo de nuevo el triángulo espiritual que había formado junto a los dos sacerdotes restantes. Por su parte, ni Shimbekh, ni Rómulo se movieron de su lugar. "¡¿Pero qué haces?! ¡No te atrevas a deshacer el triangulo!", ordenó inútilmente Rómulo con voz enérgica, pero Kokasha hizo caso omiso a las palabras del anciano, y con paso decidido se acercó al centro del triángulo directo al cuerpo poseído de Loebanna.
Por su parte, Fabana se dispuso a hacer lo mismo; se acercaría a Loebanna, pero justo antes de que ocurriera esto, fue interrumpida por su hijo adoptivo: "Mutti, no te acerques, ¡¿Qué tal si es una trampa?!"
Fabana se sintió conmovida ante las palabras del joven león, así que lo miró con dulzura y le dijo:
"Taka, tranquilo, yo estaré bien"
Pero Taka no se quedó conforme: "No te dejaré desprotegida. Me acercaré a ese demonio junto contigo. Soy un león y mi deber es protegerte"
"Pero Taka, tú eres apenas un cachorro de león, es peligroso y..."
"Nada de pero's, nos acercaremos tú y yo, Mutti"
Y así fue...
Una vez que Kokasha, Loebenna, y Fabana (con Taka a un lado suyo) se sentaron alrededor del cuerpo posesionado, la cabeza de Loebanna comenzó a hablar; entre sollozos y voz quebrada, sus ojos reflejaban mucha tristeza: "Mi tiempo se agota, en unos segundos más mi alma se fusionará con la del Makei, y ya no habrá distinción entre él y yo; seremos uno mismo, una misma entidad, un mismo ser, y mi personalidad, mi esencia, mi alma, desaparecerán de este mundo para siempre, apenas quedará un fragmento de mí dentro del Makei".
Fabana, Loebenna y Kokasha se miraron una a la otra; estaban muy asustadas ante estas declaraciones, y no sabían ni qué pensar, ni qué decir.
"Y es por esta razón, que antes de desaparecer, necesito limpiar mi espíritu, necesito confesarles algunos secretos, ya que si no lo hago, no podré irme en paz".
Al haber escuchado estas palabras, la cabeza del Makei gritó groseramente:
"Anda, Loebanna, confiésate; diles quién fue la verdadera responsable de la muerte del esposo de Fabana", tras decir esto, el Makei comenzó a reír de una siniestra y enfermiza manera.
Fabana dio un brinco y levantó sus orejas como antenas. Quedó perturbada ante lo que acababa de escuchar, entonces, fulminando con la mirada a la cabeza de Loebanna, le preguntó con desprecio y arrastrando las palabras:
"¡¿Es cierto lo que acabo de escuchar, Loebanna?!, ¿Tuviste que ver en la muerte de mi esposo, Rott?,¡Confiesa!".
"¡Sí!", declaró Loebanna. Una lágrima fue derramada de su ojo derecho. "Yo soy responsable. Pero te juro... No quería hacerlo... El Makei dentro de mi cuerpo me persuadió para que lo hiciera... no deseaba lastimarte... ni a ti ni a tus hijos; Shenzi, Banzai y Edd".
Fabana escuchaba en silencio. Su rostro reflejaba una profunda rabia; tenía apretada la mandíbula, y sus ojos parecían dos volcanes a punto de estallar en llanto.
Pero entonces, una vez más, el Makei interrumpió; ésta vez con una tremenda risotada seguida de éstas palabras; "¡Pero qué patética eres, Loebanna!, ahora quieres liberarte de toda culpa, cuando tú sabías muy en el fondo que querías vengarte de Fabana por haberse quedado con el amor de tu adorado Rott"
"¡Sí!", gritó Loebanna, las palabras que pronunciaría a continuación estarían colmadas de un fuerte deseo de ser expulsadas, de ser reveladas. El tono de voz que usaría Loebanna sería rápido y enérgico. "¡Es cierto! ¡YO soy responsable!", después lanzó una mirada de súplica a Fabana, como implorándole piedad, y dijo con impaciencia; "El Makei tiene razón; Yo lo invoqué para vengarme de mi hermana y de ti, pero yo nunca quise que las cosas se salieran de control. Yo siempre le pedía al Makei que, independientemente de lo que pasara, no dañara de manera letal a nadie, pero no me hizo caso; con sus poderes oscuros asesinó a Rott, y por su culpa tu hijo Edd quedó dañado de sus facultades mentales, por su culpa todo se ha desbordado, y yo... yo soy responsable. Invoqué a un ser maligno debido a mi gigantesca envidia hacia mi hermana y hacia ti". Entonces, para sorpresa de todos, Loebanna comenzó a llorar desconsoladamente, y a disculparse con desesperación: "¡Por favor, Fabana, perdóname!, yo no quería que las cosas salieran así, ¡En serio que no quería!... Yo sólo deseaba la felicidad que tú tenías y que yo nunca pude conseguir; siempre anhelé tener tu talento para contar chistes, tu belleza... El amor de Rott... Por eso invoqué al Makei, pero yo... yo no quería hacerle daño a nadie, y sin embargo, lo hice".
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El Rey León: CLARO DE LUNA (sobre HIENAS)
FanficClaro de Luna: Historia de dos hermanas hienas: Loebenna y Loebanna; Una de ellas nacida con poderes mágicos asombrosos, adquiridos bajo ciertas condiciones: La maldición del Claro de Luna, que la convierten en una amenaza para todos, mientras que s...