CAPÍTULO 31

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Loebenna y Taka esperaban afuera de la cueva. Les daba escalofrío saber lo que pudiera estar ocurriendo allá adentro, pues sólo se oían los rezos para exorcizar, y los gritos y risas del Makei. Loebenna no dejaba de llorar. Tenía mucho miedo de lo que pudiera ocurrirle a su hermana.

Por fin, dentro de la cueva, el ritual de despojo había comenzado, pero antes de eso, los tres sacerdotes rezaron a la Gran Diosa Roh'kash para que los protegiera durante el proceso, y Rómulo creó para Shimbekh, para Kokasha y para él mismo, campos de energía protectores para impedir que el Makei les hiciera daño durante el exorcismo.

Los primeros rezos comenzaron:

"¡Divina madre, Poderosa Diosa, recuerda!

¡Roh'kash Ne Nabu Escucha!

Que tus hijos somos todos vulnerables

De los Makeis que despliegan su mal

Por tanto en tu espíritu ampáranos,

para cumplir la noble tarea de liberar a este pobre espíritu,

Del Makei que ahora lo controla.

Los tres religiosos tenían sus ojos cerrados, debían concentrarse en la diosa Roh'kash para que ella les ayudara.

El cuerpo de Loebanna gritaba y se convulsionaba de una forma espantosa. Cada grito, cada berrido les helaba la sangre a los tres espiritistas, pero no debían perder la concentración; debían despojar al Makei del cuerpo a como diera lugar.

Como hemos dicho ya, Taka y Loebenna también podían escuchar desde afuera de la cueva aquellos horribles gritos y sólo podían sentir con estremecimiento y horror con cada uno de ellos, y justo cuando los sacerdotes comenzaban a avanzar en el cumplimiento de su objetivo, una interrupción más detuvo inesperadamente el ritual.

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El Rey León: CLARO DE LUNA (sobre HIENAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora