CAPÍTULO 8

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"¡No! ¡No puedes hacerme esto a mí!", gritaba Loebanna una y otra vez, hecha un mar de lágrimas.

"Lo siento, Loebanna, pero me he dado cuenta de que a quien realmente amo es a Fabana".

Había sido una fría noche, en la que Rott no pudo seguir ocultándole más la verdad a Loebanna y tuvo que confesarle que él ya no sentía nada por ella porque ahora su corazón le pertenecía a Fabana.

La ruptura con Rott fue un golpe muy duro para Loebanna; pero era más hacia su orgullo que a ella misma, pues finalmente siempre había considerado a Fabana como 'La Competencia" y a Rott como "El Trofeo".

Desde que Loebanna y Fabana eran pequeñas, la amistad de Rott era el trofeo principal a obtener, y de adolescentes, el amor de Rott. Además, Loebanna siempre había sentido que Fabana la superaba en velocidad, belleza e inteligencia, así que el hecho de que Rott hubiera terminado su noviazgo con ella, era la peor de sus derrotas, el golpe más grande a su orgullo. No obstante (a su manera enfermiza, claro estaba) Loebanna quería tanto a Rott que fue incapaz de utilizar su magia para hacerle daño a Fabana, o al mismo Rott. Tampoco tuvo corazón para utilizar un conjuro para separarlos. Ella deseaba todo, menos ver infeliz a Rott. En aquellos momentos, sólo le quedaba tragarse toda su tristeza, celos y frustración... pese a esto, sus sentimientos de despecho no quedarían del todo apaciguados.

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La depresión por la pérdida de Rott se apoderaba de Loebanna y eso le provocaba cometer todo tipo de locuras; incluso llegó a ir personalmente a la cueva donde vivía Rott para suplicarle que regresara con ella, humillándose. En verdad no quería recurrir a la magia, quería que todo siguiera su curso de manera natural, pero cuando Rott la rechazó, recordándole de la manera más amable de que todo había terminado entre ellos dos, Loebanna finalmente comprendió que no había esperanza ni más remedio.

Los primeros días de la ruptura, fueron los más duros para Loebanna. Le estaba costando superarlo, pero como hemos dicho, era más por su orgullo que por genuino amor a Rott, sin embargo, ella había confundido unos sentimientos por otros al grado de que un día recurrió a la magia negra para hacer un hechizo de esos que, según la sabiduría de su abuela sacerdotisa, estaban prohibidos y condenados por La Diosa Roh'kash:

Dame tus pensamientos, Fabana.

Dame tus pensamientos, visiones y sentimientos.

Préstame tu cuerpo de barro, no seas egoísta;

Y déjame sentir por un momento, lo que a mi alma le fue negado.

De pronto, Loebanna apareció en otro lado. Un lugar conocido. No podía estar equivocada; era la cueva de Rott, y ahora ella ya no se sentía ella; su cuerpo se había engrosado un poco y las motas de su pelaje se habían tornado más claras, y no es que en sí ella hubiese cambiado, ¡simplemente su alma había tomado prestado el cuerpo de Fabana!, pero ese estado no duraría mucho, pues el hechizo sólo tenía una duración de una hora, así que aprovecharía ese tiempo para disfrutar de todo el cariño que Rott le pudiera proporcionar durante ese corto periodo de tiempo.

"Fay hermosa, ¿Qué te pareció la cena que conseguí para ti?"

"Ehmm, deliciosa, amor", respondió Fabana, ó más bien dicho, Loebanna en el cuerpo de Fabana. Muy posiblemente, minutos antes, Fabana acababa de cenar algo delicioso que Rott había conseguido para Fabana, así que se lamentó de no haber llegado lo suficientemente a tiempo 'para haber disfrutado de aquel banquete con el paladar de Fabana.

Y de pronto, sin que Loebanna se lo esperara, Rott le soltó un tierno y cálido beso, que Loebanna le correspondió con gran ansiedad; en aquellos momentos sólo quería descargar sus deseos de besarlo, de estar con él una vez más.

Pero los momentos mágicos que Loebanna sentía estar viviendo junto a Rott, se vinieron abajo cuando Rott, entre besos y dulces caricias, le comentaba: "Si Loebanna pudiera ver cómo nos amamos, se moriría de la envidia. La verdad creo que hice bien en dejarla, ella es muy rara, tiene ideas extrañas que me dan miedo. Además tú eres mucho más hermosa que ella por dentro y por fuera. Loebanna no podría comprender que yo sólo te amo a ti... Mi dulce Fay."

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Cuando pasó la hora completa que duraba el hechizo de cambio de cuerpos, el alma de Loebanna regresó por fin al suyo propio, y al hacerlo, ella era un mar de lágrimas. Las palabras de Rott la habían herido profundamente; tal vez por orgullo, tal vez por amor, tal vez por despecho... En realidad no lo sabía bien, pero lo que sí sabía es que su corazón se había hecho añicos en aquellos momentos. Lloró amargamente su pena por horas, pero después ese dolor se convirtió en un odio profundo por la situación y en especial por Fabana. La rivalidad que siempre había sentido por ella ahora se volvía personal, así que se prometió a ella misma que las cosas no se quedarían así.

De esta manera, su amor por Rott se convirtió en odio, y el aprecio por Fabana en rencor.

...El corazón herido de alguien con poderes sobrenaturales nunca debe pasar desapercibido, sin embargo, ella se propuso ser una buena actriz y fingir que aún les tenía aprecio, para hacerlos sufrir lentamente y de una forma disfrazada de amor..."

El Rey León: CLARO DE LUNA (sobre HIENAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora