CAPÍTULO 44

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"El Makei tipo Aklenius que es mitad Loebanna, escapó. Fallamos en nuestra misión.", aseguró Rómulo con severidad. Después miró a Shimbekh y agregó: "Estaremos alerta por si el Makei vuelve a aparecer, siempre estaremos alerta para que ese ser maligno no se apodere del cuerpo de nadie más".

Los sucesos anteriores habían dejado detrás una huella que volvía espantoso el ambiente que se vivía dentro de la cueva:

Shimbekh y Rómulo se sentían impotentes; no se explicaban cómo es que sus intentos por invocar a la llama violeta transmutadora se hubieran visto interrumpidos y frustrados. Lamentaban no haber podido desaparecer al Makei cuando pudieron.

Por su parte, Taka y Fabana se miraban uno al otro; Fabana en silencio reflexionaba una a una las confesiones que le había hecho Loebanna, a la vez que recordaba el dolor sufrido por la pérdida de su esposo, por otra parte ella en realidad no estaba asustada por las palabras del Makei. De alguna manera sintió que sólo habían sido palabrerías sin sentido para impresionarla, así que no quiso pensar demasiado en ello, ya había otro tipo de pensamientos que atormentaban su corazón.

Taka miraba a su madre adoptiva sintiendo impotencia de no poder ayudarla, pero también se sentía mal; parecía que el Makei se encargaría de empeorar las espantosas predicciones que el chamán de Las Tierras Del Reino le había profesado. El pánico invadió su atormentada mente. La miró una vez más con terror y súplica en sus ojos, como diciéndole a su 'Mutty'; ¡Por favor, ayúdame!

Por otro lado, Loebenna había hecho algo muy difícil para su corazón herido; tomó el cuerpo sin vida de su hermana Loebanna por la parte superior del cuello y lo arrastró hasta acomodarlo junto al cuerpo de la abuela Kokasha, luego se sentó en frente de ambos cuerpos para llorarles, para rezarles, para despedir a sus dos amadas familiares. Su dolor se hacía más y más grande, hasta que ella se tiró en el suelo dando paso a un desgarrador llanto.

Yasí, entre miedo, dudas, lágrimas, incertidumbre y sentimientos de impotencia,aquella cueva en la que una vez el Makei y Loebanna habían hecho pacto, seconvertía en el escenario de una de las escenas más dolorosas y desgarradorasdentro del sonriente y místico Cementerio De Elefantes.


124.

El Rey León: CLARO DE LUNA (sobre HIENAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora