CAPÍTULO 57. Descubriendo el secreto

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Shenzi y Diótima pasaron la noche a la intemperie, y procuraron despertar lo más temprano que pudieron; ninguna araña había salido aun de la cueva, así las dos hienas permanecían inmóviles, atentas a los acontecimientos. De pronto, vieron salir a una de las arañas, y luego a otra... y a otra más. Pasó después un lapso del tiempo en el que no vieron salir más. Entonces Diótima dijo:

"Por ahora han salido tres. Creo que lo mejor será contarlas para saber a cuantas nos enfrentaremos".

"Sí", dijo Shenzi, firmemente.

Pasados unos minutos, el resto de las arañas comenzaron a salir, y conforme salían, se dispersaban, cada una tomando rumbos diferentes. Definitivamente la gran mayoría se dirigían a Las Tierras Del Reino, sin embargo a nuestras amigas hienas se les hizo raro que muchas otras al parecer, se encaminaban más bien hacia lugares externos a Las Tierras Del Reino.

Al final, se contaron en total unas ochenta y siete arañas. Una vez que se fueron, Shenzi y Diótima decidieron que las contarían cuando regresaran para verificar que no variara el número y efectivamente, al caer la noche, y después de haber ido en busca de comida, las dos hienas se reunieron afuera de la cueva para hacer el reconteo de las arañas, el número varió sólo por una araña, quedando ochenta y seis en total, asumieron entonces que esa araña faltante pudo haber muerto. Para verificar la hipótesis de que en total había ochenta y seis arañas que rondaban por el reino de Kovu y Kiara todos los días, las hienas se estuvieron dos días más y el número siempre se mantuvo igual.

No cabía duda; eran ochenta y seis arañas que durante el día, se encaminaban hacia Las Tierras Del Reino, sin embargo había otras tantas que parecían más bien desviarse hacia las afueras del reino, para finalmente regresar todas juntas hacia la cueva para dormir y retomar sus actividades al día siguiente. El ciclo siempre se repetía de la misma manera y no variaba. Las dos hienas se sintieron muy felices con su descubrimiento después de mes y medio de búsqueda sin éxito alguno, y todo gracias a que por naturaleza, Las Arañas Sicarius Africanas, aunque muy venenosas y peligrosas, son más bien tímidas, por lo tanto prefieren esconderse bajo tierra en guaridas fijas.

El Rey León: CLARO DE LUNA (sobre HIENAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora