Némesis

Capítulo 11

Nick sonrió. Sabía que pasaría. Sucedería en cuanto Casablancas pusiera un pie en aquel bar y lo viese. Tenía todo lo que el negocio exigía y de un modo u otro, John repararía en él. No era un hombre que desperdiciara oportunidades. Ese era el talento sobre el cual había edificado su empresa. Y Nick no tenía otra chance de acercarse a él.

-¿Qué sabes de ese camarero?- preguntó a su hijo apenas volvió a su lugar.

-No mucho- dijo renuente- se llama Nick, eso es todo lo que sé.

-Pues espero que él esté más dispuesto que tú a dejar este nido de borrachos.

-Dicen que no tiene buen carácter...- advirtió en un intento disuasivo.

-No me interesa por su carácter- dijo John mientras seguía con la mirada los pasos del muchacho.

Julian suspiró y se dejó calmar por un trago de vodka.

-Nick...- dijo Casablancas asomándose por la salida de emergencia del bar y distinguiendo en la penumbra la inconfundible silueta del muchacho.

El joven se volvió, cigarrillo en mano.

-¿Ya sabe mi nombre?- preguntó con una mueca casi desdeñosa.

-Yo te he dicho el mío, sería injusto que ignorase el tuyo- replicó afable.

-Lo siento, creo que olvidé presentarme en el salón. Pero eso no importa, ¿no? Veo que ha sabido arreglárselas.

-Le pregunté al chico de los tragos- explicó sin concederle mayor importancia al hecho de que quien servía allí era su propio hijo.

-Pues bien, aquí estamos. Lo escucho, señor- dijo dejando escapar el humo lentamente hasta que aquella niebla artificial desdibujó ante sus ojos el rostro de John.

Le hubiese gustado ser más afable, sería más conveniente a sus planes. A fin de cuentas, siempre cabía la posibilidad de acabar irritando con su reticencia a aquel hombre poco aficionado a escuchar negativas. Pero no pudo hacerlo. De todas formas, su posible empleador encontraba en su reserva una veta de misterio que sabría cómo explotar oportunamente en el negocio.

-Seré directo, muchacho. En caso que no hayas oído de mí, soy el dueño de Elite, la agencia más importante...

Apenas oyó su voz, tan llena de suficiencia, Nick sintió el súbito impulso de rebajarlo.

-Nunca oí su nombre, señor. Pero he escuchado sobre Elite.

-Con eso es suficiente. Mi propuesta es que trabajes para nosotros.

-¿Haciendo qué?- dijo enarcando las cejas con expresión de sorpresa.

John se echo a reír.

-Modelando, ¿qué más? ¿O acaso crees que me gusta tu forma de llevar la bandeja?

Esta vez fue el turno de Nick para reír.

-¿Modelar? ¿Yo?- preguntó intentando sonar calmado en el preciso momento en que lo desbordaba la emoción de estar tan cerca del objetivo que lo había llevado allí.

-Tienes mucho, por no decir todo lo que buscamos. Muchísimos clientes desean una imagen como la tuya.

-Es que...jamás pensé que...

-La mayoría jamás lo ha pensado. Pero créeme que a estas alturas, sé cuando alguien tiene potencial con sólo mirarlo.

Nick rió.

-Yo sólo veo un muchacho esmirriado...

-Quítate esa palabra de la boca- dijo en tono de reprimenda y casi como lo haría un orador motivacional, continuó- tú eres...exótico.