Capítulo 31

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Para cuando Julian abandonó el hospital, Nick permanecía detenido, a la espera de que su situación se resolviera.

La extraña conducta del muchacho no supuso la completa desestimación de los cargos contra John pero alivianó mucho el peso de su causa. Aquellos documentos cuya autenticidad no pudo probarse fueron imputados a los manejos fraudulentos de Nick. Otros, cuyo origen estaba indudablemente en Elite, seguían allí incriminando a Casablancas. Probablemente perdería una fortuna pero evitaría la cárcel. Su honor también se pondría en entredicho pero como de costumbre, eso no le quitaba el sueño.

El fiscal se tomó su tiempo para investigar, llevado por una singular hipótesis.

-¿Qué tal si Casablancas le pagó al muchacho?- debatía con su secretario.

-¿Para qué?

-Para que se auto incrimine, ¿qué más? El suyo es un delito federal. De probarse, le esperaría un buen tiempo en prisión y cuantiosas pérdidas, sin mencionar su ruina empresarial. En cambio Valensi...es sólo un jovencito que trabajaba para él. No tiene patrimonio. Tampoco antecedentes. Con suerte, tendrá una pena menor. Y en cuanto salga, una pequeña fortuna esperándolo como premio por ayudar a su jefe. Poco que perder y mucho por ganar- reflexionaba.

-No estaría demás hurgar un poco en Elite...

-Lo están haciendo...

Y en efecto, las investigaciones acerca de la posible connivencia entre el empresario y el joven demoraban los plazos. Mientras tanto, Nick aguardaba en prisión. John, en su casa.


-Ha salvado...a mi padre- repetía Julian- estaría perdido si Nick no hubiese...cielos...él lo odiaba, Nikolai...

-Y no dudo que aún lo hace- respondió.

-¿Entonces?- preguntó confuso.

-Supongo que te ama más de lo que lo odia a él.

Julian suspiró deseando tener por un momento la seguridad de Nikolai.

-Lo ha hecho por ti. Te lo dijo en su carta, ¿no? "No debes preocuparte por tu padre, te prometo que no dejaré que sigas perdiendo nada de lo que amas". ¿Lo recuerdas? Parece que cumplió. Debe amarte, Jules...debe amarte mucho...- admitió contrariado.

La reflexión final de su amigo le arrancó una sonrisa irónica.

-¿Por qué más lo haría?- insistió- Le importas. De otra forma, no se expondría a esto. No se llevará nada, ni siquiera la revancha que vino a buscar.

Julian bajó la cabeza contemplando el nervioso jugueteo de sus manos.

-Lo siento, amigo...- dijo con un atisbo de remordimiento.

-¿De qué hablas, Nikolai?

-Supongo que...lo he juzgado mal. Estaba tan enojado...ni siquiera le creí cuando leí esa carta. Pero ahora...creo que no sabe cómo detener lo que él mismo empezó.

-Lo que mi padre empezó...- respondió con amargura.

-Como sea, Jules. Se ha incriminado por un delito que no cometió. Eso tiene consecuencias, amigo. Las tendrá si no lo descubren y también si lo hacen. Él mintió bajo juramento. Quizá hasta crean que los abogados de tu padre lo enviaron para entorpecer la causa.

-¿Pero por qué sigue detenido? Mi padre está acusado de evasión y sigue libre...

-Tu padre tiene uno de los mejores bufetes de la ciudad y él un defensor oficial. Eso explica muchas cosas.

-No...no puedo dejarlo así, Nikolai. Y menos ahora que lo sé...ahora que mi padre ha admitido que la historia con esa joven fue real.

-¿Y qué piensas hacer?

-Hablaré con él. Lo que no hizo por Celine, lo hará por su hermano.

Partió hacia la residencia de la familia a toda prisa, movido por un impulso que hubiese creído muerto la noche del compromiso de su hermana. Atravesó el parque pese a las advertencias de los guardias, que ni siquiera lo reconocían como el hijo de John.

Sin siquiera anunciarse, abrió la puerta del despacho de su padre. Lo encontró fumando puros, como era su costumbre. Sin mediar rodeos, le presentó sus demandas relativas a Nick.

-¿¡Me lo exiges!?- dijo su padre arqueando las cejas con expresión incrédula.

-No debería ser yo el que te exija lo que debería reclamarte la conciencia, ¿no crees? Podrás hacer por él lo que te negaste a hacer por esa niña.

-¡Te he dicho una y mil veces que no lo sabía, Julian! ¡No lo sabía!- gritó- Si estuviese dispuesto a mentir, hubiese negado mi relación con ella...- y bajando la vista, agregó- conocer su final...fue conocer el fin de uno de mis hijos...

Julian lo miró con dureza. Le costaba creerle.

-No me importa si lo sabías o no, papá. Tu inocencia hoy, es tan imposible de probar como irremediable es la muerte de Celine. Pero si conservas algo de decencia, una pizca de la hombría de bien de la que haces alarde en público, entonces no levantarás cargos contra Nick. Y pagarás por sus abogados.

-¿Cómo puedes pedirme que me ocupe de él? ¿Olvidas a tu hermana? ¿Cómo la miraré si...

-No tiene por qué saberlo. No es la primera vez que ocultas algo, ¿no? Ya has hecho bastante, papá. Y Nick...se ha culpado siendo inocente. Te ha ahorrado la vergüenza que no tienes ni tendrás. Espero que estés a la altura. Espero que no me obligues a revolver en público la historia de los Valensi- dijo amenazante.

Giró sobre sus talones y decidido, caminó hacia la puerta.

-¡Julian!- se oyó.

Pero aquella invocación ya no tenía efecto.

-Adiós, papá- dijo antes de despedirse con un sonoro portazo.

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora