Nikolai se tomó un momento antes de regresar. La carta le quemaba en las manos mientras su mente se debatía pensando en hacer lo correcto. Dársela a su destinatario, así sin más, se le antojaba un riesgo. Pero tampoco se permitiría leerla primero para evaluar su contenido. Si había advertido a su amigo sobre las posibles consecuencias de sus mentiras y silencios, él no podía darse el lujo de imitarlo.
Entró con el sobre en la mano. El enfermo seguía con la mirada fija en la pared.
-Jules...- dijo en voz baja- Nicholas estuvo aquí. Acabo de hablar con él.
Su amigo pareció querer voltearse pero se contuvo. Nikolai caminó hasta pararse a su lado.
-Me dio esto- dijo dejando la carta sobre la cama- es para ti.
Julian se sentó y tomó el sobre. Lo sostuvo por más de veinte minutos, temeroso de su contenido. De la despedida, de los posibles pedidos de perdón por amar a Cecile más que a él. Eran tantas las cosas que no deseaba saber que temía abrirla. Finalmente, la extendió hacia Nikolai.
-Léela, por favor.
"...Debí saber que no sería posible construir sobre la devastación. Quizá ahora sea tarde. Si de algo te sirve saberlo, todo esto no ha valido de nada. Quería lastimar a ese hombre y acabé lastimándote a ti. Después de eso, nada más importó. Ninguna de mis mezquinas victorias compensará nunca la pérdida de tu amor. Todos llevamos a cuestas nuestras culpas. Y como tu padre lleva sobre los hombros la muerte de Celine, yo siempre llevaré sobre los míos el daño que te hice y la triste certeza de que aborrecerás mi recuerdo.
No debes preocuparte por tu padre, sé muy bien lo que es vivir sin uno. Te prometo que no dejaré que sigas perdiendo nada de lo que amas y que un nuevo dolor llegue a tu vida por mi causa".
Faltaban pocos párrafos para que la carta acabase pero Julian no podía seguir oyéndolo.
-Detente, Nikolai. Por favor...
-No...no puedo creerlo...- dijo su amigo.
-¿Qué parte no puedes creer?- respondió Julian mirando el vacío- no es tan difícil reconocer a mi padre en el hombre que describe.
Su hizo un largo silencio.
-Tenías razón, Nikolai. Si le hubiese dicho que yo...nada de esto hubiese ocurrido- dijo escondiendo el rostro entre las manos.
-Jules...- su amigo se acercó y frotó suavemente su espalda- ¿Cómo podías intuir...todo esto?
-Tenías razón- insistió- él mintió y yo mentí. Y este es el resultado.
-¿Lo estás comparando?- preguntó asombrado- ¿Estás comparando tu conducta con la de él? Tú no callaste para perjudicarlo. Ni a él ni a nadie.
Julian lo miró con tristeza.
-Sí...él mintió. Pero...¿qué harías tú si algo así le pasara a Elizabeth?
Sabiéndose capaz de lo peor, Nikolai calló.
-¿Podrías hacerme un favor, amigo? ¿Podrías llevarle esta carta a Cecile? Ella también tiene derecho a saberlo.
La residencia Casablancas volvía lentamente a la normalidad. Después de algunos días bajo arresto y una fianza millonaria, John estaba momentáneamente libre y a la espera de lo que depararía su causa por evasión.
Nikolai decidió comunicarse con Cecile y sondear sus ánimos después de todo lo vivido. Le pareció encontrarla razonablemente tranquila, lo suficiente para recibir la noticia que portaba. Arreglaron una cita en casa de la familia.
El muchacho no era un desconocido. Había frecuentado la casa durante casi toda la infancia y se le apreciaba. Sin embargo, pese a la confianza que le profesaban, fue recibido con una normalidad tan ficticia que llegó a incomodarlo. Ningún compromiso se había roto en medio del escándalo y nadie allí parecía haber sido detenido ocupando todos los titulares. Les siguió la corriente, comprendiendo al fin por qué su amigo no tendría nunca nada que hacer en ese lugar.
Intercambiaron los saludos de rigor. Ni Cecile ni John preguntaron por Julian y algo en sus miradas le hizo saber que sería mejor no mencionar su reciente estadía en el hospital. Si algo hacía falta para que lo expulsaran definitivamente de sus vidas, la noche del malogrado compromiso les había dado todo lo necesario.
-Seré breve- dijo él sin saber bien cómo conducirse en medio de aquel baile de apariencias- he traído esto para ti. Es una carta que...que Nicholas escribió para Julian.
Trató de hablar rápido, casi atropellándose con las palabras, mientras contemplaba el rostro de Cecile desfigurarse.
-Tu hermano creyó que mucho de lo que se dice aquí es de tu incumbencia...y de la de tu padre.
La mujer tomó el sobre con mano temblorosa y notando que sería incapaz de decir nada, Nikolai los dejó solos.
-Dime que no es cierto. Dime que es una disparatada justificación de Nick para salvar lo insalvable- dijo Cecile, todavía con la carta entre las manos.
John guardó silencio.
-¿Papá?- preguntó con los ojos anegados- ¿Esto no es cierto, verdad? Tú no eres el hombre del que habla...sé que dice tu nombre pero...está mintiendo, ¿no es así?
La respiración de él se aceleraba. Bajó la vista, incapaz de contemplar la mirada de su hija.
-No fuiste tú el que dejó a esa chica, ¿no? Es otra mentira, otra mentira de Nick...qué más podría esperar de ese desgraciado...no eres tú, ¿verdad? No eres tú...
El interminable silencio de su padre le crispaba los nervios.
-¡Responde! ¡Responde!- comenzó a gritar mientras con los puños cerrados golpeaba el pecho de John.
El hombre la tomó por las muñecas, alejándola de sí.
-¡Sí, fui yo!- gritó- Yo...conocí a Celine ese verano...ella y yo...- dijo cerrando los ojos.
Dos gruesas lágrimas rodaron por el rostro de Cecile mientras contemplaba la caída del ídolo con pies de barro. Temblorosa y al borde de desplomarse, se sentó despacio. En sólo días, había presenciado el derrumbe de los hombres de su vida. Su prometido primero, su padre después.
-Estuve con ella, es verdad. También es cierta la fecha. Pero jamás, jamás hija, supe de ese embarazo. Nunca recibí una sola de sus cartas. Si hubiesen llegado hasta mí...
-¿¡Qué!?- gritó ella con rabia- ¿¡Si hubiesen llegado qué!? Tenía sólo 16 años...- dijo llorando.
-Hija...tu madre entonces manejaba mi correspondencia. Quizá...quizá ella las abrió y las retuvo...
-¿¡Cómo te atreves a culpar a mamá de todas tu miserias!?- gritó ofuscada.
John le dio la espalda. Súbitamente, recordó el día en que conoció a Nick...aquel aire familiar que lo prendó del muchacho. Comprendió de inmediato a quién le recordaba su rostro.
-Cecile, escucha...
-¡No me toques!- gritó ella corriendo escaleras arriba.
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Némesis
FanfictionUna historia de amor y revancha. Ship: Julick (Julian Casablancas x Nick Valensi). Bienvenidos a mi primer fanfic sobre The Strokes. Quedan todos invitados a leer y comentar. Idea original. 15-07-2020