Capítulo 9

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Pasaron algo más de dos meses desde aquel día. Nick decidió permanecer en el apartamento. Tal como le anticiparon, sus ganancias eran suficientes para permitírselo. Y la cálida bienvenida con que fue recibido no jugó un papel menor a la hora de fijar residencia.

La vida con su flamante compañero de piso era agradable. Las noches lo eran aún más. Tenía su propia habitación pero jamás había dormido en ella. La visitó en una ocasión, para instalar sus cosas y sólo volvía allí para vestirse.

Julian le parecía encantador y atrayente. Pero muchos otros también lo eran. Lo que lo hacía distinto no era que le gustase sino que también valía la pena. Valía la pena estar a su lado, aunque fuese olvidadizo, desordenado y caprichoso. Valía la pena resignar el sueño y trocarlo por largas conversaciones que se extendían en la madrugada. Valía la pena dejarse llevar por las efusiones de su cariño, esas a la que Nick sólo parecía afecto si provenían de él. Quizá por primera vez en su vida había hallado, fuera de su familia, una persona cuya ausencia no quería tener que lamentar.

El cachorro que recogieron aquella noche se quedó junto a ellos. Por insistencia de Nick, recibió el nombre de Némesis. Nadie habló jamás de deshacerse de él y aquel acuerdo tácito fue el puntapié inicial de un creciente entendimiento mutuo en el que cada vez serían necesarias menos palabras. Bastaban los gestos de agrado recíproco, la sensación compartida de que la casa se transformaba en hogar cuando estaban juntos. Gozaban de una armonía singular que calmaba las ansiedades de Julian y parecía recordarle a Nick lo mucho que añoraba una existencia bien avenida.

Lejos de consumirse en su propio fuego, la pasión de sus primeros encuentros ganaba en intensidad. Pero también en matices. La intimidad los convirtió en confidentes y la afinidad en compañeros. Se complementaban hasta tal punto que, cuando estaban juntos, no creían necesitar nada más que su mutua compañía. Era una sensación nueva, para ambos. Algo desconocido y placentero que no tenía nombre pero que aún así, se permitían disfrutar sin hacerse preguntas. Quizá los dos intuyeran que ciertas cosas no reclaman explicaciones y se resisten a la lógica, pugnando únicamente por su derecho a existir.

El trabajo también le deparó satisfacciones y no tardó en convertirse en uno de los camareros más requeridos por la clientela del bar. Ingentes propinas comenzaron a abultar sus bolsillos. No era tan provocador como Julian pero sabía coquetear si tenía que hacerlo. Sabía dejar de lado temporalmente aquel aire de nostalgia que parecía acompañarlo a todas partes para dejar salir un temperamento extrovertido y cordial. No era del todo genuino pero, ¿acaso era prudente ser tan auténtico? Si deseaba que las cosas marcharan según sus planes, era mejor que pocos, por no decir nadie, supieran cómo pensaba y sentía.

Julian parecía dichoso a su lado y sus humores, menos cambiantes. Algo de la concordia que reinaba entre ambos debía sin duda hacerse evidente frente a quienes los observaban. Quizá fueran sus actitudes o la forma en que se miraban. Lo cierto es que a esas alturas, sus compañeros daban por sentado gran parte de lo que ocurría entre ellos. Los rumores sin malicia que nadie se ocupaba en esconder se transformaron pronto en un secreto a voces. A Julian no parecía importarle pero Nick detestaba todas esas murmuraciones sobre los dos.

-¡Deja de hacer eso, Jules!- reclamó al tiempo en que rechazaba su abrazo, camino a casa.

Julian lo miró confuso. No había enojo en su semblante sino extrañeza y temor ante aquella inesperada muestra de desprecio a la que no estaba acostumbrado.

-Ayer no parecía molestarte...- atinó a responder.

-Eso fue ayer- replicó secamente adelantándose para caminar solo.

Apuró el paso apretando los puños, debatiéndose entre su necesidad de no apegarse a nadie y su deseo de voltearse, ver esos grandes ojos de cachorro que de seguro lo mirarían sin comprender y al fin decir "¿en verdad lo creíste?", abriendo los brazos y riendo con él.

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora