Capítulo 39

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Todos se marcharon y al fin se quedaron a solas. Fabrizio hizo acondicionar la mejor mesa para cenar junto a la inesperada compañía.

-¿Qué tal unos tragos antes de cenar?- propuso animado por el reencuentro.

Acordaron que sería una gran idea.

-Whiskey para mí, sin hielo- dijo Julian ante la mirada preocupada de Nick.

La bodega del lugar era uno de sus mayores atractivos y el anfitrión no se privaría de hacer gala de ella. La elección de la bebida se convirtió en un absorbente tema de conversación entre él y Albert, que sí entendía de vinos, mucho más que Julian. Quizá porque uno bebía para disfrutar y el otro para embotarse. (1)

El desinterés de sus compañeros hizo que deliberasen solos hasta perderse en la bodega en busca de lo más indicado para el menú de la noche.

-¿Ahora bebes, Jules?- preguntó Nick apenas se quedaron a solas.

-¿Acaso te importa?

-Supongo que no me creerías si te dijese que todo lo tuyo me importa.

-Es cierto. ¿Qué razones tengo para creerte?

Nick bajó la vista.

-Si hasta dijiste que siempre te tendría...- insistió con la mirada perdida al fondo de su vaso.

-Julian comprende...

-No puedes olvidarlo, ¿verdad?- lo interrumpió- En el fondo no puedes olvidar que soy su hijo. No importa lo que haga...

-Sabes que no es eso.

-No me mientas otra vez- reclamó.

-¿Lo ves? A eso me refiero...no importa cuanto lo intentemos, tú nunca podrás volver a creerme y yo jamás podré verte sin sentir vergüenza. Lo arruiné, Jules. Y no hay vuelta atrás.

-Ni siquiera te tomaste la molestia de averiguarlo. Esperé por ti...todo lo que hice fue esperarte y ni siquiera te molestaste en averiguarlo.

-Julian...¿acaso podíamos seguir adelante como si nada hubiese sucedido? ¿Ibas a darle la espalda a los tuyos después de todo lo que pasó...por mi causa? ¿Ibas a marcharte con el que casi arruina a toda tu familia?

-Mi familia...- dijo soltando una risa irónica- mi padre dejó el país y mi hermana...ella no ha vuelto a hablarme. No hubieses tenido que preocuparte por los míos...si te hubieses molestado en preguntar- relató antes de beber de un solo trago el resto de su whiskey.

-No ha sido fácil renunciar a ti, aunque no lo creas.

-Pero parece que ya lo has hecho, ¿verdad? Ahora tienes a Fabrizio.

-Él y yo somos socios- se sintió en la obligación de esclarecer.

-¿En serio? Pues déjame decirte que para compartir sólo un negocio lo besas de un modo muy poco profesional.

-No es lo que crees.

-Lo que crea ya no importa. Pero intenta no hacerle daño, ¿sí? No sé que tanto ha cambiado desde que nos conocimos pero solía ser un chico muy inocente. Bueno e inocente. (2)

-Julian...- dijo casi defendiéndose antes de ser interrumpido.

-Desearía no haberte amado- murmuró sin mirarlo- me has enseñado a no volver a hacerlo nunca.

Nick guardó silencio un instante, asaltado una vez más por la duda que lo carcomía cada noche. La incertidumbre de lo que pudo ser si sólo hubiese tenido el valor de intentar rescatar aquel amor de los escombros. Saber a ciencia cierta si algo de todo aquello sería capaz de sobrevivir o si su reunión sólo acabaría de reducir las ruinas a cenizas. Casi hablando para sí mismo, murmuró.

-Cuando te vi con él...con Albert...

-¿Qué?- preguntó Julian con un matiz de ansiedad y angustia colándose en su voz.

-Desee tanto que fueras feliz a su lado...

-Lo soy, Nick. Puedes estar tranquilo- respondió apretando los puños por debajo de la mesa.


Le cena llegaba a su fin animada solamente por la charla entre Albert y Fabrizio. Callado, Julian se limitaba a multiplicar las muestras de cariño hacia su compañero. Como un colegial, dejó que su mentón reposara sobre el hombro de Albert mientras sus labios hurgaban en su cuello. La mano inquieta rebuscando en su pecho por debajo de la camisa, alternando susurros y besos ligeros que el agasajado retribuía entre risas y sorbos de vino compartidos.

-Iré por más hielo- dijo Nick poniéndose de pie intempestivamente, incapaz de seguir contemplando aquello.

La pareja no pareció oírlo mientras Fabrizio, contrariado por su expresión de súbito desagrado, salió tras él.

-Nick...¿sucede algo?- dijo viéndolo golpear cubiertos y utensilios contra la mesada.

Sorprendido por su presencia, Nick se aclaró la garganta antes de revelar sólo una parte de aquello que lo turbaba.

-¿¡Acaso no los viste!?

-No dirás que te molesta...- respondió incrédulo ante la perspectiva de que aquellas muestras de afecto mutuo hiriesen su sensibilidad.

Nick se volteó y al notar su expresión, añadió.

-¡Oh, no es eso Fab! Claro que no...- negó algo nervioso- es que tu amigo...es claro que tiene problemas con bebida.

-Pues creo que está ebrio, sí...- dijo sin terminar de entender.

-Y ese imbécil que tiene al lado...lo anima. No ha hecho más que darle sorbos de vino...

-Caramba...sí que eres detallista...- dijo acercándose.

Y sin aviso, rodeó a Nick dejando reposar la mejilla sobre su espalda.

-Eso me gusta de ti- agregó bajando la voz- te preocupas por los demás. Ni siquiera lo conoces y aún así, no te da igual.

Nick tragó saliva preguntándose si debía revelar su lazo con Julian.

-Es que...le hace daño. Estoy seguro de que no puede tenerse en pie sin ayuda.

-Lo sé. Pero no es algo nuevo, Jules tenía ese problema en la preparatoria- explicó.

Nick sintió pena de que estuviese poniéndolo al tanto de algo que sabía perfectamente y por boca de su protagonista.

-No hay mucho que podamos hacer supongo- reflexionó Fabrizio- tal vez ni siquiera sea asunto nuestro. Hace años que no lo veo, creo que no me atrevería a hacerle una observación al respecto.

Y haciendo que se volviese, lo atrajo hacia sí.

-Vamos, Nick. Anímate, volvamos a la mesa- pidió con un beso.

El más alto sonrió. Era casi imposible no corresponder a la sonrisa de Fabrizio. Se encaminaron juntos al salón pero para su sorpresa, Julian ya no estaba allí.

-¿Dónde está Jules?- preguntó el anfitrión.

-Afuera. Dijo que saldría a tomar aire- respondió Albert sin dar mayor importancia al asunto.

(1) Quienes conocen a Albert no dudan en definirlo como un gran "foodie", amante de la buena mesa y los buenos vinos (a los que suplantaría por selectas variedades de café luego de dejar atrás sus adicciones). Llegó a ser convocado como juez invitado en "Iron Chef", iniciativa que lo había entusiasmado mucho y que luego no se materializaría a causa de su salud (cursaba el peor momento de su dependencia a las drogas).

(2) Alguna vez, Nick definiría a Fabrizio en la preparatoria en estos términos: "era un crío muy, muy inocente. Y muy divertido (...). Caía bien a las chicas y a los chicos. La verdad es que no tenía problemas con nadie".

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora