Capítulo 23: El Derribo Del Dos Colas✓

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Cuando ella entró a una gran habitación, en donde todas las alcantarillas parecía conectarse, finalmente se detuvo.

—Pensaran que solo estoy huyendo—. Murmuró con delicadeza la Jinchūriki. —Pero, están completamente equivocados, ¡Yo Los He Traído Aquí!—. Exclamó hacía los Akatsuki. —Juro qué yo, Nii Yugito de La Aldea Oculta De La Niebla, ¡Los Mataré!

—¡Me jode mucho, que la gente diga esas estupideces antes de luchar!—. Exclamó Hiddan, mientras señalaba a la Mujer Rubia. —Y cuando me jode, La sangre comienza a subirme a la cabeza, mi cuerpo empi...

—¡Cállate Hiddan!—. Le gritó Kakuzu.

Él nombrado, dió unos cuantos pasos dirigiéndose a la mujer. —¿Qué tal sí, solo dejas que te capturemos?

—¡No Me Subestimen!

Yugito hizo una posición de manos, qué activó una serie de sellos explosivos, que estaban colocados estratégicamente en el techo, y así, tapar todas las salidas encerrandolos a los tres. Con ese pequeño tiempo de sobra, la Jinchūriki, aprovechó y se transformó en una versión miniatura del Nibi, el Dos Colas, que Tiene forma de un gato, de color azul y de un aspecto fantasmal.

—Así que ese es él Demonio Gato de Dos Colas, al que llaman "Espectro"—. Susurró Hiddan mientras veía como peleaba con Kakuzu. —Y nosotros somos dos ratones en una jaula—. Sonrío de lado. —Parece divertido.

Dijo, para después, lanzarse a luchar con Kakuzo, y así, juntos vencer al Dos Colas.

—Ya a pasado media hora—. Balbuceo Kakuzu, qué tenía la vista fija en el mapa que sostenía entre sus manos. —¡¿Aún No Haz Acabado Hiddan?!

Él nombrado se levantaba con pereza. —¡Es parte de mi religión!

Kakuzu no le dió relevancia lo que empezó a murmurar Hiddan sobre esa religión en la que estaba, éste solo prestaba atención a ese mapa que sostenía entre sus manos.

—Vayamos por el siguiente—. Murmuró bajando el mapa. —Al País Del Fuego...

En las afueras de Konohagakure...

—Eres realmente bueno en el Taijutsu Itachi-Sensei.

Decía sonriente Naruto, que mantenía una pelea reñida con el maestro en Genjutsu.

—Gracias.

Contestó dándole una patada, que lo mando a volar hasta estrellarlo con un árbol. Sí, los Uchihas tienen maneras muy extrañas de demostrar afecto. Cosa que Naruto, nunca entenderá, y yo tampoco.

Naruto se levantó enseguida, yéndose de frente a Itachi. Pero sin previo aviso, Samehada, junto con Kisame se le atravesaron.

—¡Aah! ¡¿Qué es esa cosa?! ¡Está viva!

Kisame envolvió a Samehada en vendas, mientras le contestaba al chico Rubio. —No es una cosa, Es Samehada.

—Una de las mejores espadas—. Atribuyó su compañero de equipo.

Samehada, es una de las Espadas Demonio que forma parte del grupo de espadas de los ninjas de Kirigakure, conocidos como los Siete Espadachines Ninja de la Niebla. Está considerada como la más aterradora de todas y la más poderosa.

—Creo que le agradas, Naruto—. Decía Itachi, al ver cómo Samehada se acercaba con cautela al chico Rubio.

—N-No me va a morder... ¿V-Verdad?

Kisame soltó una carcajada. —Le agradas por tú Chakra, tanto por tu linaje Uzumaki, como Jinchūriki, aún que, claro está, que no lo tienes dominado.

—Aún—. Balbuceó El Uchiha.

—¡Ah! ¡Me está lamiendo mi pierna!—. Gritó corriendo a esconderse detrás de Itachi.

—Solo quiere ser tú amigo... Y eso rara vez pasa—. Dijo Itachi susurrando la última parte.

—Tal vez... Pueda ser amigo de Kurama...

No—. Balbuceó el Kyubi, desde, dentro de su Jinchūriki.

El Uchiha se dirigió a su compañero con el ceño fruncido. —Te dije que no me interrumpieras cuando esté con Naruto.

—Lo se, pero... Hiddan y Kakuzu regresaron. Pain nos mando a llamar a todos.

—Entiendo—. Masculló con un pequeño suspiro. —Naruto, sigue entrenando sin mí.

—¿Pasa algo Itachi-Sensei?

—Estarás seguro en este lugar. No hay nada de que preocuparse. Regresaré pronto.

—Esta bien.

Naruto se quedó con un mal sabor de boca, al ver cómo Itachi, sin mucha explicación, de fué con Kisame, pero a fin de cuentas, se lo diría todo, en algún momento.

—Trageron al Dos Colas, ¿Verdad?—. Cuestionó el Uchiha.

—Hai.

Espero tener suficiente tiempo como para entrenarlo...—. Pensó Itachi. —De todas maneras, hace un gran trabajo, aprende demasiado rápido.

—Estará listo, ¿Cierto?—. Se escuchó preguntar Kisame refiriéndose a Naruto.

—Sí, claro que lo estará, y así, salvaremos a las 5 Grandes Naciones Shinobi's de posibles guerras, liberaremos a los Bijuu de los humanos para que sean libres y puedan vivir en Paz.

En Konohagakure...

Tsunade dió un golpe a su escritorio agrietandolo. —¡Mierda!

—Tsunade-Sama—. Balbuceó Shizune tratando de calmar a la mujer.

A pasado una semana desde el encierro de Shimura Danzō, al igual que una semana del entrenamiento de Uzumaki Naruto con Uchiha Itachi.

Tsunade mordió su labio inferior, ella pudo sentir el sabor metálico de su sangre expandirse por su boca.

Sí no hago algo... Mi reputación como Hokage de la hoja caería, pero sí hago algún movimiento... Estaría en peligro el plan para vencer a los Akatsuki...—. La mujer mantenía un semblante serio, mientras que en su mente estaba en plena guerra.

—¡Shizune!

—¿Sí My Lady?

—¡Manda escuadrones a investigar! ¡Ahora!

De igual manera no se puede quedar así, no puedo quedarme de brazos cruzados mientras que ese par está en El País Del Fuego... Deben pagar por lo que hicieron... El asesinato de Chiriku en El Templo Del Fuego no se quedará así, lo pagarán con su sangre.

—Xime.

𝐉𝐢𝐧𝐜𝐡𝐮̄𝐫𝐢𝐤𝐢 © || 𝐔𝐳𝐮𝐦𝐚𝐤𝐢 𝐍𝐚𝐫𝐮𝐭𝐨 || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora