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Templo Nakano o "Santuario de la alegría sureña" es un santuario en Konohagakure, el cual era un lugar de encuentro secreto para el Clan Uchiha y donde además reside un monumento de gran importancia para dicho clan.
El Santuario Nakano, está ubicado cerca de Konohagakure, en sus fronteras.
El santuario, se caracterizaba principalmente por un gran puerta tori que tenía el símbolo de los Uchihas, mientras que el edificio como tal, también tiene el símbolo, su techo es de tejas verde, los detalles y molduras son de color rojo-violenta y las paredes de color beige. El salón principal tiene un piso de tatami y específicamente en el séptimo tatami a la derecha esta la entrada a una habitación secreta donde se reunía el clan, y en ella, está ubicada una tabla secreta del Clan. Para acceder al lugar es necesario realizar unos sellos para quitar la puerta de piedra que impide el acceso al lugar, dicha puerta tiene un dibujo del Sharingan y varias escrituras.
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Con la intención de acceder a la sala principal, se requiere una secuencia de sellos para remover la roca que se encuentra sobre la entrada. El sello en sí posee el Sharingan en el centro encerrado con fórmulas de sellos.
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Dentro del santuario, se encuentra un monumento de piedra en forma de tabla, el cuál contiene una gran cantidad de secretos y conocimientos que han sido transmitido de generación en generación, dentro del Clan Uchiha, y que nunca ha sido mostrado a otros clanes.
—Woo... Entonces, ¿Aquí era donde se reunía el Clan Uchiha?—. Cuestionó Naruto, con una gran sonrisa y un peculiar brillo en sus orbes azules.
—Tienes suerte, serás el primer Uzumaki en entrar aquí—. Decretó con una sonrisa de labios cerrados. —Desconozco sí alguien más, aparte de tí, haya entrado a este Templo. Solo los herederos de línea sanguínea del Clan Uchiha, tienen permitido accesar.
—Me siento importante ¡Dattebayo!
Deja de alardear—. Masculló Kurama, desde adentro de Naruto.
—Pasa—. Murmuró Itachi abriendo la puerta principal.
Todo estaba cubierto de polvo, técnicamente, aquél Templo, había quedado completamente desierto, desde aquella fatídica noche.
—Te quedarás aquí, en éste Templo. Es un lugar muy seguro para tí. Entrenaremos en unos campos no muy lejos de aquí, qué también eran parte de los Uchiha.
—Entiendo... Solo... Que una cosa no la tengo muy en claro...
El Uchiha Mayor, se dió la vuelta, quedando de frente al Uzumaki. Él dejo salir un largo suspiro antes de hablar.
—Mi vida no a sido fácil... A los 5 años ya estaba en una guerra... La tercer Guerra Shinobi—. Naruto abrió sus ojos con sorpresa, no se esperaba que le fuera a decir algo como eso. —Viví atrocidades desde muy pequeño. Desde ahí, quise evitar alguna otra guerra. Luego paso lo de Mi Clan... Eso es otra historia, pero, yo quiero mantener la paz a como de lugar.
Naruto se encogió de hombros. —¿Por qué estas en Akatsuki?
Itachi desvió la mirada a una esquina. —Estoy en el libro Bingo... Maté a mi Clan, y de hecho hay una razón, que pronto sabrás. Pero, Yo entre por recomendación de Danzō, poco a poco me fuí enterando las verdaderas metas de la organización y quiero detenerla a como de lugar... Pero no podré hacerlo solo.
El Uzumaki sonrío ampliamente. —¡Yo te ayudaré-ttebayo!
—Cuando Akatsuki tenga a todos los Bijuu, piensa iniciar Guerras, controlarlas a su favor, mantener una paz falsa, intimidado a las demás Aldeas. Tenemos que impedir todo eso. Se que no será fácil, pero aún así, tengo esperanza en Ustedes...
Cuenta con nosotros—. Susurró Kurama.
Aún que no lo admitiera, él tampoco quiere que los demás Bijuu fueran controlados, como alguna vez hicieron con él.
En Konohagakure...
—¡Él Juicio De Danzō Será En Un Un Mes!—. Decretó Tsunade-Sama.
Tras aquel legítimo combate con uno de los consejeros de Konohagakure, Danzō había sido capturado y encarcelado. Ahora mismo estaban con la reconstrucción de la mayor parte de la aldea que había sido destruida por los ANBU de la Fundación, que ya había sido desmantelada de Konoha.
—Estoy de acuerdo—. Murmuró Utatane mientras bajaba la mirada.
—Me siento apenado por todo esto—. Susurró Mitokado-Sama.
—Después de todo, solo estaban siendo controlados—. Declaró Jiraya mientras se sentaba lentamente en la cama de la habitación del hospital.
—Recuestate, tienes que descansar Jiraya.
Decía Tsunade, que con cautela, se acercaba a arroparlo y recostarlo con cuidado.
—Lamento no haber estado—. Masculló Kakashi, que estaba de brazos cruzados, recargado en la ventana.
—¿Cómo les fué en la misión?—. Cuestionó la Gondaime.
—Fue un éxito, recuperamos a Gaara Sano y Salvo. Pero no podría decir lo mismo del Bijuu, Akatsuki lo tiene.
—Sí todo sale bien... No lo tendrán—. Balbuceó Jiraya.
Utatane y Mitokado se miraron confundidos, mientras que Kakashi y Tsunade sabían de que se trataba todo ésto.
—Eso espero—. Susurró el Peliplata, que se acercaba a la puerta de la habitación. —Entonces, ¿En un mes, es la ejecución de Danzō?
Tsunade asintió con firmeza. —Tendré que hacer una reservación para ese día—. Fué lo último que dijo, antes de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.
Con que en un mes...—. Desde la ventana de uno de los edificios vecinos, estaban siendo espiados por un Ninja muy hábil, que había pasado desapercibido por los altos mandos de Konoha. —Tengo un mes para sacarlo de ahí, Danzō-Sama.
