El parque Las Islas, un lugar donde alumnos de la UNAM pueden reunirse a descansar, conversar, divertirse, estar con amigos o hacer ejercicio. El sitio es lo bastante grande como para que el público en general lo pueda visitar y disfrutarlo, hay algunos puestos de comida y dulces, se han organizado diferentes tipos de eventos de diferentes tipos y hasta personas llevan de paseo a sus mascotas. Se podría decir que es un pequeño paraíso entre tantos edificios que componen el gigantesco campus universitario ubicado al sur de la Ciudad de México. Pero, en este día en particular, se convertiría en algo para lo que no estaba dedicado tal espacio de esparcimiento.
Al lado oeste del lugar se encuentra la Biblioteca central de la institución con una enorme explanada que daba a otras áreas verdes y caminos de acceso a otras instalaciones de la universidad, incluida la Torre de Rectoría, la cual estaba bajo el control de un grupo de porros. Y precisamente de este lado del parque se encontraba un grupo numeroso de personas vestidas con prendas de color negro y con los rostros cubiertos por pasamontañas y paliacates; varios de ellos estaban armados con palos y tubos, se mostraban dispuestos a hacer lo que fuera para que se cumpliera su principal exigencia de que se investigara la muerte de aquellos estudiantes asesinados en el interior de Ciudad Universitaria aunque muchos de ellos lo hacían con tal de hacer desmanes o causar destrucción por puro placer.
Por el lado este del parque llegaba otro grupo grande de personas, un grupo que se fue conformando por estudiantes, profesores y otros tantos que solo buscaban pasar un día más en sus vidas en la llamada máxima casa de estudios de México. Muchos de ellos venían cansados, otros tantos con golpes en diversas partes de su cuerpo y con un agotamiento mental notorio ya que el temor generado al principio de la jornada y los acontecimientos posteriores, entre los que destacan compañeros con lesiones o que perdieron la vida, los ha mermado. Entre este grupo de personas se encontraban un grupo de 5 amigos que sabían quién era el cabecilla de la revuelta y estaban dispuestos a enfrentarlo con tal de frenarlo y poner fin a los atroces eventos. Uno de esos amigos se colocó al frente de todos y comenzó a guiar a sus compañeros.
Marco: ¡Vamos por ellos!
Y fue en ese momento que los que estaban decididos a hacer algo por su universidad comenzaron a correr hacia los porros vestidos de negro. Al ver este acto, el líder de los agresores hizo un llamado a todos los que lo acompañaban.
Cristian: ¡Hay que acabar con ellos! ¡No les tengan piedad!
Y esas palabras fueron más que suficientes para incitar a los porros para que respondieran del mismo modo que sus oponentes, ya que comenzaron a correr como poseídos por un demonio para encarar con violencia desmedida a aquellos que tenían enfrente.
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Tus ojos en mí (Star vs las fuerzas del mal - AU)
FanfictionUn joven universitario sufrió un golpe tremendo en el corazón al ser plantado en una cita. Y en un momento que solo el destino podría tener planeado, una joven rubia, sin mucha experiencia en el romance, se acercó a él de manera repentina. Y un inci...