Capítulo 12

202 20 2
                                    

Fargan y Alexby caminaban por los pasillos de la comisaría siendo guiados por su secretaria. La mujer les informó que Merlon quería verlos y ambos se encontraban un tanto intrigados por esto, ya que cuando el anciano quería hablar con cualquiera de ellos era por algo realmente importante.

Se detuvieron al llegar a la sala principal de la comisaría, y en una de las tantas mesas que había allí, se encontraron a Merlon. Su semblante era algo complejo. Parecía tranquilo pero, también, pensativo, y, por alguna razón, un poco angustiado.

—Aquí están los oficiales que buscaba —le avisó la secretaria.

Merlon levantó la cabeza y dirigió su mirada hacia ellos al percatarse de su presencia.

—¿Por qué nos solicitó? —Preguntó Fargan con curiosidad.

—Es mejor hablar esto afuera —dijo repentinamente, y se levantó de la silla en la que estaba sentado, para luego comenzar a caminar lejos de ellos, sin esperar respuesta.

Fargan y Alex se miraron, extrañados. Esto en verdad parecía serio. Algo perdidos, procedieron a seguirle el paso al anciano. Merlon caminaba con lentitud y en silencio. Aparentemente, se encontraba pensativo.

Al salir de la comisaría, el señor mayor se detuvo, acción que sus acompañantes imitaron. Se volteó y se quedó observándolos por un rato en total silencio. Los policías no entendían nada de lo que estaba sucediendo, pero prefirieron esperar a que el anciano hablara.

—Están pasando cosas muy raras últimamente en Karmaland —comentó súbitamente—. Se dice que en las montañas está sucediendo algo extraño; algo similar a magia. Y, además, he descubierto que han habido robos un tanto extraños. La mayoría de los materiales que fueron robados eran cosas importantes para encantamientos y pociones. Supongo que ustedes estarán informados de esto —añadió.

Fargan y Alexby asintieron ante lo dicho.

—Sí, hemos recibido varias denuncias sobre aquellos robos, y también nos resultaron raros —respondió Alex.

—¿Qué es lo que piensan de esto por el momento? —Preguntó Merlon, con aire preocupado.

—Tenemos la sospecha que podría estar relacionado con la supuesta concentración de magia en las montañas, ya que las denuncias fueron hechas entre la fecha que se identificó —explicó el comisario.

Merlon asintió y se volteó, dándoles la espalda. Se quedó observando el paisaje por unos segundos, en los que ni Fargan ni Alexby supieron qué decir. Pero, de repente, el anciano volvió a hablar.

—Creo que deberían hacer una búsqueda más exhaustiva de nuevo en aquella zona a la que fueron hace poco. Algo está sucediendo, y no parece ser nada bueno.

(...)

Monstruos yacían en el suelo a su alrededor. Parecían desmayados. Estaban cubiertos por alguna clase de «aura azul». Trató de levantarse, pero no pudo. Estaba realmente agotado. No tenía fuerzas para absolutamente nada. Aun así, intentó levantarse otra vez. Pero, al hacerlo, casi se cayó, si no hubiese sido porque Mangel lo sostuvo.

—¿Estás bien? ¿No te hicieron daño? —Preguntó Mangel con preocupación.

—No estoy herido, tranquilo —titubeó, ya que no se sentía bien en realidad, a pesar de que no le hubiesen hecho nada.

—¿Entonces por qué no te has podido levantar?

—No lo sé —respondió Rubius, con algunas lágrimas amenazando con salir.

Almas unidas (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora