Capítulo 42

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Bianca y Edith pensaban que el castigo era enserio, es decir, que Sarah iba a quedarse sin cenar, pero no, en realidad lo que sus tíos querían decir era que la niña no cenaría con ellos, en cambio, le enviaban una sopa para que coma en su dormitorio, y podría ser terrible si no fuera porque ella contaba con música y muchos dibujos y libros para entretenerse. Bianca recordó una vez que sus padres la habían castigado a los siete años y, de verdad, la dejaron sin cenar, hasta que no fue y pidió disculpas estos no bajaron la guardia..., ahora los comprendía, y deseaba que sus tíos fueran igual de estrictos que sus progenitores, al menos así Sarah aprendería más de una lección.

Por otra parte, Bubba y Lila ya habían llegado a casa, notaban la ausencia de los niños, se habían llevado casi todas sus cosas y un gran silencio invadía el lugar. Bubba, no perdió la oportunidad, desde que se había subido a la camioneta tenía en mente llegar y aprovechar el tiempo a solas. Le rodeó la cintura y comenzó a besarle el cuello...

-Bu-Bubba, ay, espera –Ríe ella por el cosquilleo que le provoca la barba en su cuello y se hace a un lado como puede.

-¿Qué? –Le pregunta él inocentemente.

-Acabamos de llegar y ya quieres... -Él se encoge de hombros -, tengo que ir al baño.

-Yo igual –Dice con intenciones de estar junto a ella en el baño pero enseguida Lila lo detiene.

-¡No! Primero yo, luego tú, o ve al de arriba –Sentencia y se marcha dejándolo solo en la sala. Sin embargo, Bubba la espera en la puerta, precisamente a un costado para tomarla de sorpresa.

En cuanto escucha como ella detiene el grifo luego de lavarse las manos, enseguida se prepara y, al instante, Lila sale y él ya listo la abraza por detrás.

-¡Ah! –Grita asustada sin verlo -¡Bubba, vas a matarme del susto!

-No... a besos –Le murmura muy cerca del oído para comenzar a besarla.

-Oh... ¿Tanto quieres? –Le pregunta luego de que se le escapara un gemido.

-Chí –Responde haciéndose el niño.

-No lo sé... ¿Tenemos condones?

-No sé –Contesta sin dejar de acariciarla y besarla.

-¿Cómo no sé? Debes... -Se separa bruscamente –Debes saberlo –Dice haciéndose la firme, quizás así él se lo tomaría en serio -, acordamos no tener más hijos ¿Recuerdas?

Bubba resopla y asiente.

-¿Qué, por qué pones ésa cara? ¡Lo que faltaba! Que ahora sea yo la mala de la película.

-Lila..., pasó... mucho tiempo –Le dice tomándola de la cintura pero, ésta vez, sin acercar demasiado su rostro -..., te quiero... y quiero... sentirte cerca, otra vez.

-Pero... si no nos cuidamos podríamos... ya sabes...

-¿No quieres más bebés? A mí... no me importa –Le dice colocando la palma de su mano en su vientre como solía hacerlo cuando estuvo embarazada de las mellizas.

Entonces Lila recordó que él no había estado presente durante su primer embarazo, ya que a Hunter lo vio cuando ya había nacido.

-Claro... tú sólo me acompañaste con las niñas, no estuviste cuando tenía a Hunter..., cielo... ¿Recuerdas que les prometimos a los niños que ya no tendrían hermanitos? Es decir... que ellos iban a ser sólo tres.

-Sí... -Se lamenta.

-¿Y sabes que no podemos romper las promesas, cierto? –Él asiente –Si llegáramos a tener otro tendrían un argumento válido para romper alguna regla de convivencia o mandarse alguna travesura, ya los conoces.

Nunca Te Irás - Leatherface x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora