3º Parte - Capítulo 36

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Hunter, de dos años, montaba el caballito de madera que su padre le había construido años atrás. Bubba mecía a una de las mellizas mientras que Lila seguía amamantando a la otra, la pequeña se sintió satisfecha y con sus manitos quiso indicarle a su madre que ya había terminado.

-Parece que terminamos aquí... ¿Y cómo está Didi? –Le pregunta a su esposo. Éste sonríe y se la enseña, la pequeña regordeta había quedado dormida –Muy bien, ahora Bianca debes dormir como tu hermana, anda –Le dice a la niña que cargaba, un poco más delgada que la otra.

-Hunter ¿Oíste? A la ca-cama –Dice Bubba y el niño deja su caballito para ir junto a sus padres.

-Llevaremos a las niñas hacia sus cunas –Dice Lila.

-¿Puedo? –Pregunta el pequeño alzando sus manitas, desde que cargó a una de ellas quería volver a hacerlo.

-No, pero ven –Le responde Bubba extendiéndole la mano para que el niño la tomara, así fueron subiendo hacia los dormitorios.

Acostaron a las mellizas en su cuna con facilidad, por último Lila fue junto a Hunter a su habitación a leerle antes de dormir, él se dormía rápidamente antes de que llegase a la mitad.

Bubba la esperaba recostado en la cama como todas las noches, ésta vez ella se había preparado bien, tenía puesta su bata de seda ajustada al cuerpo, le parecía más cómodo para alimentar a las niñas. Se posicionó en el marco de la puerta y le sonrió de lejos.

-¿Lila, bien? –Le pregunta intentando adivinar sus intenciones.

-Sí, bien... de maravilla –Cierra la puerta sin quitar su vista de él -, calculo que antes de que alguna de las mellizas se despierten... tendremos unos quince minutos ¿No?

Él comienza a contar con los dedos en vano, ya que nunca fue un amigo de las matemáticas.

-Bubba –Lo llama para que le ponga atención, en cuanto sus ojos vuelven a conectarse, ella se deshace con lentitud de la bata dejando ver su nuevo conjunto de lencería, su esposo abre la boca y se relame antes de que la baba se le caiga, ella simplemente se ríe y se acerca de manera seductora.

-Lila... -Musita.

Ella gatea sobre la cama colocándose sobre él y se baja los breteles para que sus pechos queden al aire...

-¿Quieres probarme? –Le pregunta sabiendo lo que estaba por hacer a continuación. La tomó con suavidad y lamió sus pezones hasta succionar cada uno –Oh, Bubba.

-Mía, toda mía –Susurraba mientras le repartía besos por todo su cuello y la envolvía con sus grandes brazos.

-Ah, mi amor..., tú eres mío también –Le dice acariciando su barba oscura.

Lila comenzó a moverse sobre él, podían sentirse a través de la tela y, antes de que él terminara rápido, tomó un preservativo del cajón de la cómoda.

-Ponte esto, ya mismo –Le ordena apresuradamente, él obedece, ya sabía cómo colocárselo con facilidad, pese a que le molestaba tener que usarlo sólo lo hacía porque a su esposa le hacía feliz. Una vez puesto, ella se recostó en la cama y volvió a ordenarle:

-Ahora ven aquí, grandote.

Bubba, sin más preámbulos, le quitó la ropa interior y, al principio con delicadeza, se metió en su interior; ella se aferraba a sus fuertes brazos y abría aún más sus piernas mientras seguía viéndolo a los ojos...

-Te amo, cariño, te amo demasiado –Le decía en medio de los gemidos debido a las embestidas que iban en aumento.

-Li...la..., mi... mu...jer... -Gemía él haciendo fuerza.

Nunca Te Irás - Leatherface x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora