Capítulo 32

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Habían pasado cuatro días desde el fallecimiento de Bianca, Keith se había enterado e hizo acto de presencia en el funeral, de paso se disculpó con Lila por haber estado ausente, le explicó la situación de Natasha y cómo el caso pudo cerrarse sin que ninguno se viera afectado, lo que sí se ahorraron la parte de que Tony había muerto, sólo dijeron que ella había escapado.

Una noche, Lila se quedó sola acompañada por Bubba y su bebé, Richard se quedó en casa de Matthew, se le hacía difícil estar en esa casa donde había vivido toda su vida con su esposa. Su hija adoptiva comprendió todo, tampoco podía sacársela de la cabeza, ya los días eran diferentes, no desayunaban juntas y ya no tenía a quien le enseñara a ser madre. Bubba notaba éste cambio de humor en su pareja y últimamente estaba él encargándose del niño, lo cambiaba y hacía dormir, Lila sólo lo alimentaba y cocinaba para los demás.

-Lo siento –Le dice ella a él una vez que se meten a la cama, Bubba la miró extrañado -. Eres tan bueno conmigo..., uno ya hubiera escapado.

Él se acercó y le acarició la mejilla.

-Nunca... me... iré.

-¿Pese a que me convierta en una gorda gritona que está de malhumor? –Él hace que piensa y recibe un golpecito en el hombro por parte de ella.

-Nunca -Le responde finalmente.

-Te amo.

Comienzan a besarse tiernamente pero el grandote quería más, hacía tanto que no la sentía tan próxima a él. Le recorrió la espalda, la cadera y hasta el trasero con sus grandes manos, aprovechó cada segundo que la tenía cerca, pensando que podía llegar a arrepentirse...

-Espera... -Dijo y él, frustrado, se separó, no era la primera vez que pasaba -, voy a darte algo que tendrás que usar de ahora en más.

Extrañado espió sus movimientos, ella sacó del cajón de su mesita de luz, un paquete y dentro del mismo un sobre metálico, Bubba no comprendía nada.

-¿Sabes lo que es?

-No.

Ella lo abre y se lo enseña –Te lo tienes que poner ahí –Dice señalándole su miembro -, con ésta goma lo envuelves y así no quedaré embarazada.

-¿Qué...?

-No me digas que ni siquiera sabes cómo se hacen los bebés –Por el rostro del grandote se dio cuenta que no -, oh, cielos, eso lo explica todo..., mira... ¿Recuerdas lo que hicimos en la granja tiempo atrás, antes de que yo me fuera?... Bien, así es como se hacen los bebés.

Bubba abrió los ojos como platos comprendiéndolo todo.

-Pero si usas esto no volverá a pasar –Él observó aquel objeto y se miró abajo.

-No sé.

-Bien, yo lo hago.

Ella se colocó a horcajadas y, con cuidado, comenzó a envolvérselo, en cuanto sintió su contacto, Bubba colocó sus manos en las nalgas de la chica y suspiró.

-Eso ayuda un poco –Bromea ella sintiendo su erección en su mano, sigue el recorrido de la misma incluso cuando ya ha logrado colocarle el preservativo.

-Lila..., e-res... sexy.

-¿Sexy? –Pregunta ella con sorpresa, no sabía de dónde había sacado esa palabra, además ella no se sentía para nada así, había sido madre y sentía que tenía unos kilos de más -¿Dónde aprendiste esa palabra?

-Tú... decir.

-¿Yo? Bueno... puede ser..., gracias por considerarme así, en realidad me veo gorda... -Él recorre su espalda.

Nunca Te Irás - Leatherface x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora