19. Palabras Que Hieren

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Adán

- ¿Puedes venir? Por favor. - Clavo mi mirada en ella.

Me hace una seña para que la siga. Desde que se sinceró está más tranquila, me cuesta mucho poner imagen a todo lo que salió de su boca, no puedo evitar sentir rabia, cólera, impotencia por no poder cambiar todo eso, pero lo que más me produce es tristeza y un gran vacío.

Si a mi me produce todo eso, ¿cómo se sentirá ella? ¿cómo una persona que se supone que es cobarde por no haberse ido antes, és a la vez tan valiente como para poder diliar con eso cada día?

Si antes ya la quería y la respetaba, ahora la admiró, no me da pena, "pena" damos los que realmente no somos capaces de ver la realidad de ellos. Nadie merece este castigo tan brutal, sí, escucháis bien "castigo", los están castigando físicamente y psicologicamente.

Veo que me lleva hasta su habitación y me pide con la mirada que entre.

- Oh no pensaba ibas a caer tan pronto.
- Y yo no pensé que tardarás tanto en soltar alguna. - Rie.
- Quizás es que somos muy evidentes - sonrió.
- Quizás si lo somos. - Coge un juego de llaves y las pone en mi mano. - Toma, arriba en ese armario hay una carpeta con toda la documentación necesaria por si me ocurriera algo y las llaves para el caso que "tengáis" que entrar.
Remarca la palabra "tengáis", se que se refiere a Nil y a mi.

- ¿A qué te refieres con "si me pasará algo"? - Espero que no sea lo que imagino, mi cabeza se niega a eso.
- A ver Adán, ya somos grandecitos para ir con rodeos. - Coge aire - Todos sabemos cual será probablemente mi final, tengo un 90% de que me mate Joe por no decir el 100%. Ahí está entre otras cosas el seguro de defunción.
- Pero... Pero eso no pasará - No puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas.
- Quizás no pase, pero si pasará no me gustaría acabar en una fosa común.

Me siento en su cama, la piernas me tiemblan, bueno ahora mismo me tiembla todo el cuerpo. No estoy preparado para este tipo de conversaciones, creo que nadie lo está.
Lo que más me choca es verla hablar tan serena.

- Sé que no es justo pediros ésto, pero... - Veo que se está resquebrajando, se sienta a mi lado y baja la mirada al suelo - La única familia que tengo son mis padres, son "muy religiosos" y la relación que tenemos no es buena, es una relación tóxica, muy tóxica - suspira - es dolorosa desde que tengo conocimiento. En los únicos que confío es en vosotros.

No puedo evitar abrazarla, como se suele decir, "un gesto vale más que mil palabras", me guardo las llaves en el bolsillo, al verlo su cara se ve aliviada.

- Gracias.
- De nada. No te preocupes por nada ¿Si? - Le digo dulcemente.
- Confío plenamente en vosotros.

Nil

Ha sido un fin de semana raro, quizás de locos, si lo pienso fríamente ha sido un fin de semana muy intenso. En las últimas horas noto a Adán y Lilith diferentes, algo me dice en la mirada de mi amigo que no está bien, nos conocemos muy bien.

Mientras tomaba el sol he visto que Lilith hablaba con él y se iban a otro lugar, les doy intimidad para que hablen.

Los veo venir al jardín, ella va delante, él camina cabizbajo con una mirada llena de ¿dolor?

- ¿Todo bien? - los miro con recelo.
- Sí - afirma Adán - Luego tenemos que hablar de un asunto importante.

Sólo asiento, por su cara y su tono de voz sé que es algo delicado.

Estábamos haciendo tiempo para cenar y luego irnos, cada cual a su casa.

Pican al timbre, nos miramos los tres extrañados, Lilith no suele tener visitas, podría asegurar que somos los únicos que vienen a esta casa, es más creo que la mayoría de conocidos de ella no saben ni donde vive.

- ¿Esperamos a alguien? - Pregunto curioso.
- Que yo sepa no. - Se levanta Lilith, se direge hacia la puerta y la abre, aparece una mujer de unos 50 años.
- ¿Mamá? Hola mamá ¿vienes sola? - La mujer la mira con "odio", Adán y yo nos miramos sin articular palabra.

Lilith

No puedo creer lo que veo, ¡mi madre en mi casa! Pero si no me coge ni el teléfono.
Me acerco para darle dos besos, ella me aparta con la mano y entra.
- Ni se te ocurra - me dice, mira hacia dentro, los ve sentados en la mesa del jardín y ellos miran curiosos. - ¿Ellos son tus matones? - Escupe furiosa. - Acabamos de ir al hospital, nunca has merecido el amor de Joe. ¡Un poco más y lo matais!
- Mamá...
- ¡Estoy hablando y te callas! Dios tenía que haberme bendecido con un hijo como Joe y no castigarme con una hija "como tú" - Escupe con todo el odio que tiene.
- Él me pegaba...
- Sí lo hizo es porque lo buscabas, te recuerdo por si te se olvida, que no mereces ni respirar.
- No, no se me olvida y si llegará al pasar ya estás tú para recordármelo.
- Sólo decirte que para nosotros estás muerta, ya no tienes padres y no eres bienvenida. Cuando le den el alta a Joe se vendrá a casa para poder cuidarlo por lo que tú y tus amigos le habéis hecho, así que si se te ocurra volver a llamar o venir, no queremos saber si estás viva o muerta. Avisa que si te pasa algo no nos molesten.
- Tranquila que nadie os molestará con nada referente a mi.
- Y sí fuera vosotros - los mira fijamente - me apartaría de ella, porque sólo os esta utilizando para hacer daño, todo lo que toca lo estropea, es el demonio personificado.

Después de soltar todo el veneno que llevaba salió de casa y se metió en el coche donde mi padre la esperaba. Cuando vi el coche desaparecer note como mi cuerpo se iba debilitando. Aguantaba el llanto.
- Perdonar a mi madre y perdonarme a mi... Pero necesito estar sola en este momento.
Se miraron y se acercaron. Estaban en shock por todo lo sucedido.
- ¿Estás bien? - Pregunto Nil preocupado.
- Lo estaré, solo necesito estar sola.
- Cualquier cosa que necesites no dudes en llamar, da igual la hora. - Dijo Adán.
- Gracias y siento mucho por todo lo que habéis tenido que pasar este fin de semana. De verdad que nunca ha sido mi intención meteros en estas mierdas. Lo siento pero ahora por favor...

Se miraron, me miraron y salieron de la casa.

Capítulos muy intensos, necesitamos llegar hasta lo más escondido de Lilith

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Capítulos muy intensos, necesitamos llegar hasta lo más escondido de Lilith.
Cada vez podemos entenderla mejor.

Muchas gracias por vuestro apoyo, no me canso de agradecer vuestras muestras de cariño.

Este episodio me gustaría dedicárselo a Laura y a Nathalia.

Un saludo
Carmen.

Si me hubieras preguntado, te hubiera dicho SÍ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora