24. La Mañana Siguiente

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Este capítulo también está catalogado para +18
Si eres menor o te incomoda leer escenas detalladas de sexo, te aconsejo que pases al siguiente capítulo.

Y para mis pequeños viciosos para a disfrutar.

Lilith

Tengo los ojos cerrados pero siento el calor de su cuerpo detrás mío, sus brazos me tienen rodeada, no puedo soltarme, solo ceden un poco para acercarme más a su cuerpo. ¿Cómo puede tener tanta fuerza durmiendo?

- ¿Por qué no paras de moverte? - Noto besos por mi nuca.
- Perdona si te he despertado, pero necesito ir al baño y no puedo liberarme de tus brazos.
- No tardes que los cuerpos se enfrían y ahora tenemos la temperatura perfecta - Se ríe.

Libera sus brazos, giro hacia el y le doy un beso en los labios.
- Tú sigue durmiendo, ahora vuelvo.

Me dirijo al baño, hago mis necesidades, me lavo en el videt y los dientes. Cuando vuelvo a la cama él está dormido. Lo contemplo desde lejos. Sólo con mirarlo mi cuerpo se calienta, ya no quiere dormir, quiere tenerlo a él. No me reconozco a mi misma.

Cojo un pañuelo del cuello, esos que parecen bufandas, pero son suaves y finos. Lo muevo un poco y consigo ponerlo boca arriba, me aseguro que no se despierte cojo sus manos y les doy besos a cada una, empiezo atarlas con el pañuelo, compruebo que los nudos sean fuertes y que al menos tarde un poco en romperlo, después lo ató al cabecero de la cama. Bajo la sábanas que lo tapa y no puedo evitar morderme el labio excitada. Y ahí está, delante mío en su máximo esplendor.

- ¡¡¡Benditas las erecciones matutinas!!!

Adán

Desde que se ha ido al baño no puedo dormir, la necesito a mi lado y más después de probar su cuerpo anoche. Ella sigue desnuda y está buscando algo en el cajón del armario.

Me pica mucho la curiosidad de que hace y que le ronda por su cabecita, me hago el dormido, noto que me voltea y me pone boca arriba, primero noto besos y su lengua por mis manos y luego algo suave en mis muñecas. ¡Me esta atando al cabecero de la cama!

Hago todo lo posible por no abrir los ojos, mi niña se está tomando muchas molestias y no quiero estropearlo. Es a la primera que dejo que me aten, siempre suelo hacerlo yo. La verdad es que me está poniendo cachondo, estoy cada vez más duro.

De repente tira de la sabana que me cubre y la escucho decir:
- ¡¡¡Benditas las erecciones matutinas!!!
Me muerdo la lengua por no reírme, ese tipo de comentarios son puramente ella. Me gusta que se libere, me siento honrado de que ella se atreva a tomar el mando sin tener que pedírselo.

Noto besos por mi cuello, su respiración, su lengua curiosa. Se acerca a mi oído y me dice:
- Perdoname por atarte, intentaré no defraudarte.

Besa mis brazos, cuando llega a mis manos se las come a besos y luego empieza a introducir algunos de mis dedos en su boca, los chupa como si fueran mi polla.

Uff creo que he despertado a la fiera que tenía dormida y eso me hace sentir poderoso. Vuelve a torturar mi cuello, después baja a mi pecho, parece que está saboreando cada centímetro de mi piel, se me escapa un gemido, noto que sonríe mientras tiene mi pezon en su boca.

Oh mi niña si quieres jugar duro te aseguro que jugaremos, pero tengo que reconocer que me estoy muriendo de placer. Por lo general el que da placer soy yo, algunas tías hacen algunas mamadas pero nada del otro mundo.

Empieza a bajar a mis piernas, solo se levanta lo suficiente para que sus pezones rocen mi piel.
Noto su lengua pasearme entre mis muslos y sus manos en mis glúteos, sujetandome para que no me mueva.

Si me hubieras preguntado, te hubiera dicho SÍ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora