Elsa
Estoy preocupada por Lilith, se ha adelgazado, en dos semanas bastante, Jessica esta todo el día mareandola, vente para este bar, luego ves al otro, organiza las cenas de empresa. Lleva días que se queda en casa de Adán, nosotros tres vivimos cerca del bar.
— ¿Te encuentras bien? — Es una pregunta idiota, simplemente con mirarla puedo ver que no se encuentra bien.
— Sí, no te preocupes. — Me dice para tranquilizarme.
— ¿Cuanto hace que no comes?
— Supongo que comi ayer. Ahora lo único que necesito para recuperarme es dormir un día entero.
— Estas cada vez más pálida y con ojeras. Vete para casa a descansar, ya te cubro con Jessica.
— Ya te he dicho que estoy bien, vamos a mirar que hay que pedir y me voy que dentro de un rato tengo una cena de 16.
— Pues come algo de mientras.
— Elsa cariño, no insistas, no tengo tiempo para eso ahora. Te prometo que luego comeré.Veo entrar a Jessica, se nos queda mirando con aires de grandeza, entra a la oficina y sale a los pocos minutos.
— ¿Lilith has pagado algo o has cogido algo de la caja fuerte? — Su tono no es amigable.
Le hace un gesto para que entre en la oficina, lo que más me llama la atención es que deja la puerta un poco abierta.
Lilith
Entro a la oficina, Jessica entra detrás mío y cierra la puerta.
— ¿Si has cogido algo prefiero que me lo digas? Hay confianza para pedirme dinero si te hace falta. — Dice Jessica.
— Yo no he cogido nada, todos los tikets de caja los tienes dentro y el dinero también, aparte cada vez que hago caja te llamo y te informo. — No sé de qué dinero me habla.
— Te lo voy a preguntar una vez más. ¿Has cogido algo?
— ¿Has mirado bien? Quizás se te ha caído o algo. — Estás acusaciones no me gustan.
— ¿Qué estás diciendo que no sé contar? Venga Lilith ya sé que estás buscando un motivo para que te despida y quedar tu bien.
— ¡Qué! ¿De qué estás hablando? La combinación de la caja se supone que solo la sabemos las dos. ¿A ver si has venido con alguien y la ha visto?. — Esto no me puede estar pasando, nunca dejo entrar a nadie.
— ¡¿Qué estás diciendo que es mi culpa?! — Me grita ofendida.
— Yo lo único que sé es que no he cogido nada. Busca bien o mira las cámaras. — Ya me estoy alterando. — ¿Por qué haría algo así? ¿Y para que voy a buscar que me eches?
— Te voy a dar otra oportunidad, pero no te puedes acercar a la caja registradora. — Lo dice como si estuviera haciéndome el favor de mi vida.
— Mira Jessica puedes pensar lo que quieras, igualmente para ti soy culpable.Me acerco a mi bolso y lo vacío en la mesa. Pongo las llaves del bar en un lado y saco la tarjeta del móvil.
— Aquí tienes tus cosas, yo me voy. No tengo porque aguantar que me acusen de ladrona y que me traten como tal.
— Si te vas solo demuestras que tengo razón. — Se cruza de brazos.
— No te equivoques Jessica, me voy porque aún me queda dignidad.
— ¡Si te vas luego no vuelvas pidiendo trabajo! — Chilla.
— Tranquila que prefiero morir de hambre antes que pedirte trabajo. Me voy a casa a descansar que falta me hace.
— ¡Tienes tú mucho orgullo para ser una...!
— Cuidado con lo que dices — Mi tono es amenazante. — No te voy a permitir ninguna falta de respeto más. ¿Quieres mirar el forro del bolso? ¿O quieres que llamemos a la policía para que me registren? No tengo miedo porque no he hecho nada.
— ¡Vete! No quiero verte por ninguno de mis bares.Recojo mis cosas de la mesa y las vuelvo a poner en el bolso, me quito el delantal y la camiseta del uniforme, me pongo la chaqueta por encima, salgo y le pido a Elsa que entre un momento.
— Aquí tienes las llaves, el uniforme, la otra camiseta se la daré a Elsa para que te la dé y aquí tienes el móvil que pagaste, la tarjeta es mía porque la pague yo y las facturas las pago yo. Te lo entrego todo delante de Elsa para que luego no digas que me he quedado con algo.
— Te encanta ir de víctima, pero los que te conocemos ya sabemos como eres. — Sus palabras son puñales, pero no le voy a dar el gusto de verme llorar.
— Jessica ya está bien. — Dice Elsa. — Te estás pasando bastante...
— ¿Qué quieres seguir el caminito de tu amiga? Ya no tienes quién te cuide. — Le recrimina con chulería.
— Pues ahora que lo dices... Si quiero seguir su camino. — Se quita la camiseta y el delantal, se pone su chaqueta. — Vámonos que aquí huele a mierda.
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Si me hubieras preguntado, te hubiera dicho SÍ
Roman d'amourLilith después de salir de una relación de 10 años, ha perdido los mejores años con una persona que nunca la valoró como mujer. ¿Conseguirá volver a juntar sus pedazos? ¿Se conocerá a ella misma? ¿Llegará a sentirse querida? Es un largo camino que t...