31. Después Del Susto

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Lilith

Parece que me han quitado una losa de encima. Aún no puedo creer que me haya librado de tener que acostarme con Israel, una parte de mi respira tranquila, si lo hubiera tenido que hacer no sé cómo hubiera superado eso.

¿Cuánto tiempo hacia que no me salía algo bien? Hace meses, cuando estuve con... Pero bueno hoy no me puedo quejar, lo de Adán no fue grave, me he quitado la deuda de Joe y estoy contenta de haber conocido mejor a Israel.

Me enciendo un cigarro mientras conduzco, me pongo música, suena una canción de la banda sonora de la serie Pulseras Rojas. Parece que esta sonando expresamente para mi, me identifico con la letra.

Me paso por la casa de Nil, quiero preguntarle como han pasado el día, no hay luces, supongo que aún estará con Adán.

Cuando me doy cuenta he aparcado en su calle, puedo ver que hay luz en el comedor, eso es buena señal.

Me enciendo otro cigarro, todo el animo que traía se ha esfumado, no sé porqué estoy aquí, de verdad que soy masoquista, mejor será que me vaya, tengo que respetar su decisión, pero necesito verlo, aunque sea de lejos, simplemente quiero ver que esta bien.

- ¡Hola pequeña!

Nil

Ya estoy mucho más tranquilo, Adán se va recuperando bien, se ha pasado la mayor parte del día durmiendo, pero ya me avisó el médico que eso era normal.

Al final va a ser verdad que ya se ha roto el vínculo que teníamos los tres. Aunque anoche hable con Lilith, le explique todo lo que pasó y le pedí disculpas no puedo evitar sentirme miserable.

Adán tiene razón él está así por mi culpa.

- ¿Como te encuentras? - lo veo aparecer adormilado.
- Me encuentro mejor, la verdad es que lo pasé fatal, estaba muerto de miedo, no podía controlar mi cuerpo.
- Todos estábamos muertos de miedo, no sé que te hubiera pasado si Lilith no te hubiera seguido, creo que nunca la he visto tan asustada como cuando llegue a la playa - Le digo honestamente.
- ¿Entonces los delirios que me vienen a la cabeza son verdad?
- Por lo que me dijo te siguió porque te vio mal, fuiste a la playa y te sentastes en la arena. Cuando vio que te costaba respirar fue cuando se acercó y al verte cada vez peor llamó a emergencias desde tu móvil, luego me llamó a mi.
- Me acuerdo que escuchaba su voz y notaba como me sostenía.

Lo veo confundido, es como si intentará poner cada idea en su sitio.

- La verdad que no te entiendo, llevas meses buscando un acercamiento con ella, esta mañana lo tenías en bandeja y le dices que te hace daño - La verdad que no me entra en la cabeza.
- Hay veces que vives en tu mundo y no te das cuenta de las cosas - Me dice molesto.
- ¿De qué no me doy cuenta? Más bien me doy cuenta de muchas cosas. - Estoy empezando a enfadarme - Puede que me haga el tonto pero no lo soy.
- ¡Yo no he dicho que seas tonto! - Escupe Adán.
- No lo has dicho pero me tratas como tal. ¿Sabes lo que creo realmente? - Necesito decir lo que pienso, estoy cansado de sentirme mal. - Creo que no la quieres como decías, te has estado engañando y nos has engañado a todos.
- No será que era ella la que no me quería - Ya se va alterando, noto como se tensa y cierra los puños a los costados. - ¡¿No vistes que ya está con otro?!

No puedo creer lo que estoy escuchando, de verdad que es mi amigo y siempre voy a estar a su lado, pero los amigos también tenemos la obligación de decir las cosas que duelen.

- ¿Qué esperabas que te esperara toda la vida? - Me mira con fuego en los ojos. - Qué vas a reclamar cuando estos meses te has follado a todo lo que podías.
- No es lo mismo.
- Claro que no es lo mismo, tú puedes hacer pero ella no ¿Verdad? No te hacía de ese tipo de tíos.
- Mira no tengo ganas de discutir y menos contigo.
- Yo tampoco quiero discutir, pero dentro de ese caos mental que llevas, tienes que tener en cuenta que ayer ella dejó al chico con el que estaba, porque se preocupaba por ti, en ningún momento se movió de urgencias, pero lo importante para ti es que se besó con otro. - Baja la cabeza, quizás sirva de algo esta charla. - Ahora necesito que me de un poco de aire, te cojo las llaves, voy a comprar tabaco.

Salgo del piso, voy dirección al bar que hay al final de la calle, a lo lejos divisó el coche de Lilith y ella está dentro fumando. Está sumergida en sus pensamientos, no puedo evitar sonreír mientras me acerco.

- ¡Hola pequeña! - Veo que da un salto por el susto, solo de verle la cara me muero de risa y le quito el cigarro que tiene entre sus dedos por fuera de la ventana. - Ahora es mío.
- ¡Me has asustado!
- Ya me he dado cuenta. Venga baja y acompáñame a tomar algo, te invito. - Le abro la puerta y se baja del coche cerrandolo. - Acabo de discutir con mi marido - Le digo lo más tremendista posible.
- Parece que ya se va recuperando, estáis volviendo a vuestra rutina.

Nos reímos los dos, le paso el brazo por los hombros, llegamos al bar y nos sentamos en la barra.

- ¿Qué quieres?
- Un té con limón.
- ¡¿Un qué?! - Se ríe por mi reacción.
- Un té con limón. Es eso que hacen con agua caliente, ponen una bolsita, luego una rodaja de limón dentro y se tapa para que repose un poco. - Me explica como lo suelo hacer para molestarla.
- Sé lo que és un té con limón, no necesito explicaciones como las sueles necesitar tú. ¿Qué te crees que soy tú?
- ¡No te pases! - Me da un golpe en el brazo juguetonamente.
- ¿En serio vas a pedir eso? - Ella afirma. - ¡¿Pero que te han hecho?! ¡He perdido a mi pequeña!
- Mira que te gusta un drama. Los echaba de menos - Me dice riendo.
- Yo también los echaba de menos - Le doy un beso en la mejilla.
- ¿Cómo ha pasado el día tu marido?
- Ha estado casi todo el día durmiendo, pero está mucho mejor.
- Me alegro, ya va siendo otra vez él, si ya estáis peleando es buena señal, ya sois los de siempre.
- Sí, supongo que tienes razón... Oye pequeña ¿puedo hacerte una pregunta? - Me mira y pone su mano en mi frente.
- ¿Estás enfermo? ¿Desde cuando me pides permiso para preguntar algo?
- Tienes razón, no sé en que estaba pensando... Es que me distrae verte beber esó - Le señaló la taza. - ¿Qué tienes con el chico de anoche?
- No tengo nada, aún no puedo tener nada con nadie - Su voz se pone seria.
- No le tengas en cuenta lo que te dijo esta mañana, piensa que iba hasta arriba de medicación.
- Nil no tienes que justificarlo, tenemos que respetar su decisión, aunque duela. - Me da tanta pena verla así, ojalá algún día alguien me quisiera tanto como ella lo quiere.

Seguimos hablando y poco a poco vamos volviendo al ambiente del principio.

- Hola. - Nos callamos de golpe, nos miramos extrañados y nos giramos hacia la voz. - Tardabas mucho en subir y he bajado a ver si estabas bien.
- Buenas noches Adán ¿Como te encuentras? - Le dice Lilith un poco incómoda.
- Estoy mucho mejor, gracias.
- Me alegro. Bueno una que se va.

Me da dos besos para despedirse, al principio duda pero al final se acerca a Adán y hace lo mismo. La vemos salir y me quedo mirando a mi amigo.

- ¿Vas a dejar que se vaya otra vez? Para tu información no tiene nada con el tío de anoche. Deja de una vez tu orgullo.

Veo que se queda pensativo y sale a buscarla. Al momento entra desanimado.

- No me ha dado tiempo a llegar.

Os he puesto la canción que escucha Lilith en el coche, la canción es en catalán pero la que he puesto tiene la letra escrita en catalán y castellano, no tiene desperdicio, es una canción que llega al corazón

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Os he puesto la canción que escucha Lilith en el coche, la canción es en catalán pero la que he puesto tiene la letra escrita en catalán y castellano, no tiene desperdicio, es una canción que llega al corazón. Espero que os guste.

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Espero que estéis disfrutando de la lectura lo mismo que yo disfruto escribiendo.

Un saludo
Carmen.

Si me hubieras preguntado, te hubiera dicho SÍ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora