Diosa protectora de los tios buenos.

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L.J Morgan.

El día de la fiesta de Halloween había empezado como una completa locura. Se había despertado a las tres de la tarde, ya que había trabajado hasta las ocho de la mañana, y había tenido que correr a casa de Gio para ayudarle a teñirse su pelo que ya tenía raices oscuras.
Habían comido juntos a toda velocidad para que cuando llegase Isabella y Leo pudieran ayudarse a prepararse.
Gio iba de Batman, Isa de Marilyn Monroe y Leo de Motorista fantasma. Ella había escogido el disfraz de Yennefer de The Witcher porque se había enganchado a la serie y no dejaba de pensar en ella como una mujer patraculos.
Con sus disfraces listos a las nueve en punto, salieron del hogar del chileno hacía la casa de Jordi en Mirror Park, que les había invitado a cenar y hacer una prefiesta para luego caminar todos hacía el casino.
Todos habían alabado como su "papi" había decorado la mesa para la cena con un mantel de calaveras negro y candelabros llenos de telarañas falsas, además de servirles pizzas caseras en las que los toppings imitaban calabazas de Halloween.

-Bien niños, ahora todos juntos al casino, que no se me pierda nadie.- Bromeó Jordi colocándose su gorra de Peaky Blinder.

Entre risas caminaron al casino, que quedaba a unos diez minutos de la casa de su jefe. Todavía eran las once de la noche con lo cual entraron sin esperar ninguna cola y se dirigieron al reservado que Jordi había pedido.
Dentro habría como mucho veinte personas, pero conforme pasaba el tiempo empezó a llenarse más y más.

-Chucha la wea Jordi, paganos unos tragos papi.- Exclamó Gio cuando todos estaban sentados en los sofas de su reservado con temática de Drácula.- Por lo menos pa' celebrar que Lara se quedó en el hospital por culia'.

Todos incluído su jefe estallaron de la risa ante las palabras del peliazul.

-Está bien, pero no quiero enterarme después de que llegáis al borde del coma etílico al hospital.- Avisó llamando a un camarero para pedirle una botella de whisky y otra de ginebra.

Todos ellos se sirvieron una copa y tras brindar se levantaron a bailar un poco. En le lugar empezó a sonar Cuelga Tú de Locoplaya e inmediatamente Gio y ella empezaron a bailar sin soltar sus bebidas ni un segundo.
Según iba bebiendo más se animaba y se dejaba llevar por el ritmo de la noche.
Habría bebido unas tres copas de whisky cuando Horacio llego al reservado para saludarla con Yuu y Gustabo. Ella corrió para abrazarlos y elogiar sus disfraces.

-Perla, ¡esta noche nos la comemos!- Grito Horacio para darle un gran trago a la bebida que ella le había ofrecido.

Al rato Gustabo desapareció para saludar a alguien y Isabella se había metido en la pista para bailar, mientras ellos tres bailaban aún en el reservado.

-Quiero bailar en la tarima.- Exclamó un animado Horacio tirando de Yuu hacía allí.

Ella les siguió y se quedó a los pies de la tarima animando a sus dos amigos y terminando su bebida.
Una vez hubieron bajado Yuu fue llamado por un moreno y se fue con él. Por lo que ella y Horacio decidieron cumplir con su rutina de chupitos de Jagger.
Esta vez Horacio la había invitado con la el pretexto de que "papu me ha dado cien dólares para que los gaste en la fiesta".

-Una, dos... ¡Viva la Pepa!- Exclamaron tomándose el primer chupito de golpe para reír luego.

-Hola chicos.- Les saludó una voz a sus espaldas haciendo que se voltearan.

Allí frente a ellos estaban Volkov vestido de Naruto y un ardiente Greco.

"Santa madre de Cristo" pensó Morgan recorriendo con la mirada al comisario de barba.

Llevaba una camiseta sin mangas con lo que parecía un rajazo de unas garras, unos vaqueros negros ajustados sus musculosas piernas y botas Panama negras. Tenía el pelo perfectamente peinado hacía atrás, la barba elegantemente recortada y unas lentillas de color amarillo que llamaban la atención a su mirada.

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