Remedy

Profundo.

L.J Morgan

La distancia que Greco había interpuesto entre ambos debido al caso de los jóvenes asesinados estaba empezando a afectar a la morena doctora.
Por un lado comprendía perfectamente el deseo del comisario de centrarse totalmente en el caso, pero por otro sentía que algo en él no era del todo sincero, como si aquella distancia que había impuesto fuera por algo más que dedicación al caso.
De hecho hacía dos días, él había dormido en su casa y había tratado de hablarle sobre el tema pero Greco había sido cortante, diciéndole de nuevo que simplemente necesitaba resolver aquello lo antes posible y que dedicaba todo su tiempo a ello y no había ningún motivo más para su distanciamiento.
De nuevo, no se lo terminó de creer, pero tampoco era capaz de identificar el problema.
Si algo había aprendido de alguna de sus relaciones era que respetar el espacio de cada uno era vital para la resolución de problemas, asi que trataba de seguir con su vida sin agobiar a su novio por su actuación.
El tema más preocupante era el mal humor que se gastaba el moreno últimamente, algo completamente comprensible dado el callejón sin salida en el que se encontraba la investigación.

Por otro lado en el hospital le iba mucho mejor. Lara, Isa, Gio y Jordi se mantenían a su alrededor como una barrera familiar de protección, animándola cuando se sentía un poco sobrecargada. Aunque Gustabo y Horacio también trabajaban más, lo que hacía casi imposible que se cruzaran o quedaran, podía contar con sus amigos del hospital.

Isabella, Lara, la oficial Kylie Johnson y ella habían formado grupo y pasaban el tiempo libre juntas ahora que sus amigos y familia siendo altos cargos de la policía estaban ocupados.
Iban a tomar algo, de compras, a pasear por el Pier y la playa, e incluso habían organizado una salida al Bahamas financiada por la misma Lara.
Morgan se negó en un principio pensando que tal vez aquel viernes Greco estaría libre para quedar, pero al recibir un mensaje negativo en respuesta se dejó llevar por sus amigas.
En ningún momento se planteó informar a su pareja ya que sabía que estaba desbordado con el trabajo.
Aquella noche que empezó con tomar unas copas y irse a casa había evolucionado en algo más.

Como normalmente, se había arreglado en casa para luego partir a casa de Kylie. Allí habían cenado comida china juntas viendo un reality show sobre mujeres ricas, esperando un mensaje de Lara para recogerlas. Cuando este llegó y salieron fuera se encontraron el BMW todoterreno blanco de su jefa con música a todo volumen y tanto la pelirroja como Isabella bailando en su interior. Ellas se montaron y dejaron que las buenas vibras de ambas las invadieran.
Nada más llegar al lugar entraron con preferencia, yendo hacia un reservado con sillones donde las esperaban tres cubos metalicos con hielos y bebidas, entre ellas una botella de jagger.
L.J al ver esto inmediatamente se sirvió una copa de ella, no calentando con su whisky habitual.
Varias copas después, las cuatro mujeres acaloradas bailoteaban en la plataforma del reservado recibiendo un coro de piropos por parte de la gente en la pista.
Kylie, que era una bailarina expecional, la retó a un duelo de baile no sin antes tomarse otra copa de golpe.
Ambas bajaron tambaleantes a la pista, sin poder dejar de reírse por el alcohol en sus sistemas.
Pobre Diabla sonaba a todo volumen en el lugar mientras ambas chicas contoneaban sus cuerpos muy cerca, provocando varios comentarios asquerosos de parte del público masculino.
Kylie agitaba su cabellera rubia mientras movía sus caderas al ritmo, mientras L.J a su lado la imitaba intercalando giros y perreo hasta el suelo.
Aquella canción por alguna razón le llegó más profundo de lo que normalmente. Tal vez fuera el alcohol, pero en su mente se repetían los últimos fríos encuentros con Greco, tratando de analizar que podría haber sucedido para un cambio tan drástico entre ellos.
Conforme llegaba el final de la canción, más sentía que debía tomarse otra copa o no sacaría de su cabeza aquellos pensamientos oscuros.

-Vamos por algo de beber, me has ganado esta ronda.- Le dijo a su amiga con una sonrisa forzada.

-!¿Si?¡ Viva Cristo rey.- Gritó en respuesta dando un saltito para seguirla.