Greco Rodríguez.
¿Cómo era posible que no se hubiera acostumbrado a la belleza y la sensualidad de L.J?
Aún cuando ya llevaban un mes y unos días saliendo siempre perdía el aliento al verla bailar.
Viktor a su lado parecía estar pensando lo mismo que él al ver a Horacio, ya que se había bajado un vaso de vodka sin apartar la mirada de su novio.
La cosa solo subió de nivel cuando a sus amigos se unió Gustabo y corrieron hacia la pista con Zorra de Bad Gyal sonando a todo volumen.-¿Esto es siempre así?- Balbuceó Conway mirando a los que consideraba sus hijos pequeños bailar en la pista con movimientos sensuales.
-Aumenta con el paso de la noche.- Respondió sinceramente Volkov empezando a arrastrar las palabras por el alcohol.
Los tres se mantenían en la pista, bailando cualquier cosa que sonara, como si hubieran sido poseídos por la fiebre de la fiesta y dejándolos a ellos como meros espectadores, para no regresar hasta una hora después, acercándose a la barra, claramente acalorados.
-Jefe, que sean tres copas de whisky, dos chupitos de lo mismo, una cerveza y dos vodkas.- Exclamó Gustabo agitando un billete en sus manos. El barman parecía sorprendido por su petición pero la cumplió sin rechistar.- Un chupito y un whisky para papu, lo mismo para Morgan, vodkas para la pareja del año y un whisky para mi barbas.- Dijo el rubio entregando su bebida a cada uno con una sonrisilla borracha.
Greco quiso reírse al ver el estado del rubio pero una acción frente a él llamó su atención. La morena se había acercado a Conway para chocar sus vasos de chupito y tomárselos juntos, sonriendo.
-Bienvenida a esta familia de Supernenas, supernena.- Respondió el mayor claramente algo ebrio sonriéndole a la morena.
-Te llamó supernena, esto ya es oficial.- Gritó medio balbuceando Horacio en brazos de su novio alzando su copa.
Ella se rió, brindando con todos para luego caminar hacía él de nuevo. Si Morgan estaba borracha, era muy buena escondiendolo, ya que parecía la única en perfecto estado. Hasta él notaba el calor y un hormigueo extenderse por su cuerpo a causa del alcohol.
Cuando L.J estuvo cerca de él se pegó a su cuerpo, esperando a que le rodease con sus manos, acariciando su cintura sobre la tela del vestido.
Aquel vestido era como salido de los sueños más húmedos de Greco, se ajustaba perfectamente a su cuerpo, remarcando cada lugar deliciosamente. Además los tacones y las medias hacían sus piernas parecer kilométricas.-Tenemos que bailar Greco.- Murmuró ella arrastrando un poco las palabras y con la mirada brillante.
Al decirle eso, ambos apresuraron sus bebidas, yéndose a la pista sin fijarse que pasaría con los demás.
En la pista comenzaron a bailar muy pegados, como la primera noche en el casino. Las manos de ella pasaban de su pecho a su cuello y luego a sus brazos, en una caricia tremendamente atrayente.
Él trataba de contenerse, ya que había gente a su alrededor, de no darle un apretón a su trasero obligándola a pegarse más.-Me tienes loca Greco.- Musitó ella con la boca entreabierta y cerca de su rostro.
Aquello probablemente fue el último golpe que derribó la cordura de Greco. Atacó su boca ferozmente, aprovechando un jadeo de sorpresa de ella para introducir su lengua en su cálida boca y disfrutar de su sabor.
L.J parecía retorcerse entre sus brazos, tratando de pegarse a él todo lo posible, rozando el inició de su erección con su cuerpo. Ante esto él dió un apretón en su trasero, disfrutando de como ella parecía empujar más su trasero contra su mano, pidiendo más.
De pronto ella se apartó de él, con la respiración irregular y la boca hinchada por el beso.- Vámonos.- Dijo con la voz rasposa como un ronroneo, tirando de él hacía la puerta de entrada al casino.
Allí recogieron sus chaquetas lo más rápido que pudieron, esperando que en la parada de taxis del casino quedara alguno, que para su suerte así fue.
El de barba subió al taxi, sintiendo su erección sufrir por no ser liberada, rozando contra su pantalón, y tras indicarle al conductor la dirección de su novia colocó su mano sobre la rodilla de ella.
L.J estaba sonrojada. Un sonrojo que él había tenido oportunidad de apreciar durante las numerosas noches que dormía en casa de la chica, estaba muy excitada.
Bajaron con prisa del taxi, dándole el dinero y diciéndole que se quedase con el cambio para empezar a caminar rápido de la mano hacia la casa de ella.
Nada más abrir la puerta de entrada, la cogió en brazos comenzando a besarla para cerrar tras de él con su pie.
Ella que besaba su cuello tratando de deshacerse de la corbata solo murmuró "arriba" antes de arrojarla al suelo y mordisquear el lóbulo de su oreja.
Siguendo su indicación subió las escaleras con ella todavía en brazos para dejarla suavemente sobre la cama cuando llegaron al cuarto.
Con la ayuda de ella se retiró la camisa lanzándola lejos, para luego realizar la misma acción con sus pantalones y sus zapatos.
Morgan se apartó de él unos segundos, mirándole de pies a cabeza con una mirada lobuna mordiendo su labio mientras bajaba lentamente la cremallera lateral del vestido, revelando un conjunto de lencería negra.-La madre que me parió.- Gruñó viendo todo su cuerpo antes de abalanzarse sobre ella de nuevo.
Dejó que ella se retirase los tacones, pero luego se sentó en la cama obligándola a ponerse a horcajadas sobre él. Greco se permitió acariciar toda su piel con su manos antes de comenzar a mordisquear sus pezones sobre la tela mientras rompía de un tirón las braguitas, quitándoselas.
En cuanto sus dedos hicieron contacto con la humedad entre las piernas de la morena ella jadeó de placer, encendiendole más si era posible. Durante unos minutos solo la acarició en aquel punto dulce, provocando que toda la piel de ella se erizase mientras soltaba suspiros, pero en cuanto internó un dedo en su interior y empezó a moverlo sintió como ella se retorcía en sus brazos, moviendo las caderas buscando un contacto más profundo. No cesó aquella acaricia, de hecho cuando sintió que sus paredes le apretaban llevo su pulgar a su botón de placer, consiguiendo que se viniera en su mano en unos minutos entre gemidos.
Ella recuperándose rápidamente del primer asalto, le obligó a tumbarse, para retirarse el sujetador bajo la atenta mirada del barbudo y luego quitando sus
calzoncillos. Los ojos grises nunca se apartaron de los suyos, mientras su boca se encaminaba a su erección, dándole una lamida lenta a toda su longitud para luego introducirla en su boca comenzando a acariciarla de arriba a abajo. Greco quiso gruñir al sentir la lengua de la chica enroscarse sobre él.
L.J continuó succionando con más fuerza, separándose únicamente para alcanzar la caja de condones que había en su mesilla de noche. Con total maestría abrió uno y tras ponerlo en su boca llevó su erección de nuevo a sus labios, colocándolo.
Tratando de incorporarse observó como ella se introducía en su miembro de una estocada, haciéndolos gemir a ambos, para comenzar a mover sus caderas sobre él. Perdido en una niebla de placer, él apretó el trasero de la chica, ayudándola a mantener el ritmo de las embestidas mientras sus bocas se encontraban de nuevo en un beso.
Podría pasar el tiempo que fuera que seguiría sin acostumbrarse a la ardiente pasión que se creaba entre ellos en aquellos momentos, casi como si hubieran sido escogidos el uno para el otro.
Notando como las paredes de la chica volvían a contraerse la apartó, colocándola boca abajo con sus codos y rodillas como soporte, volviendo a hundirse en ella con fuerza.
La espalda de la chica se pegaba a su pecho, dejando las gotas de sudor mezclarse.
Agarrando uno de sus pechos para tironear del pezón continuó entrando y saliendo con fuerza, aprovechando los chillidos de placer de ella como incentivo. Ella se corrió apretándole en su interior, por lo que redujo la velocidad de sus embestidas, permitiéndole recuperarse.-Joder Greco.- Gruñó ella instándole a no parar.
Al oír su nombre en los labios de la chica algo en él se calentó más si era posible. Sonaba malditamente sensual oírla hablar de aquella forma.
Sin control volvió a embestirla con fuerza y rapidez, agarrando sus caderas al punto que pensó que seguramente allí quedaría marca. Ella gemía enardecida empujando su trasero hacía atrás, buscando mas contacto, más profundidad. Era curioso como el autocontrol de ambos se iba por el desagüe cuando estaban juntos.
Él ya sentía su orgasmo cerca cuando ella le paró, queriendo tumbarse boca arriba rápidamente para permitirse besarle. En cuánto él volvió a entrar en ella sintió las uñas de la morena clavarse con fuerza en su trasero, causando que el orgasmo de ambos llegase poco después, dejándose caer sobre ella.
L.J acariciaba su pelo, dejando algunos besos sobre su frente mientras él la abrazaba en silencio.
Le encantaba que tras aquellos momentos de pasión pudieran quedarse así, en silencio disfrutando de la compañía del otro, demostrando que aquello era mucho más que sexo. Había sentimientos por el medio, había cuidados y comprensión.
Trantando de no moverse más de lo necesario retiró el condón, para llevarlo a la papelera del baño. En la cama L.J ya se había cubierto con la colcha y esperaba que él se tumbase también para dejar su mejilla sobre su pecho, algo que hacía muchas veces últimamente.-¿Que hay de interesante ahí nena?-Preguntó con curiosidad notando los dedos de ella acariciar su torso.
-El latido de tu corazón.- Murmuró ella sin mirarle.- Es muy bonito, siempre me relaja.
Enternecido por sus palabras besó su pelo y suspiró, notando el sueño comenzar a apoderarse de su cuerpo.
"Si esto es de verdad un sueño, mataré a quien me despierte" pensó antes de quedarse dormido con la respiración de L.J sobre él.
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Recordad escuchar la playlist : https://open.spotify.com/playlist/3XIWrVhazYGVqyN9PaLl5B?si=5bn4D3ueRRytz6IM_YYfrASiempre que escribo cosas así pienso en los comentarios de luego JAJAJAJA besitos perlas.
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Remedy
أدب الهواةEl comisario Greco Rodríguez cree que su día no podría ir peor. Tras varios códigos 3 fallidos, dos accidentes con el z y aguantar el enfado del Superintendente por el comportamiento inmaduro de los alumnos, está casi seguro de que ha cumplido la cu...