Con las luces de la ciudad.

59 5 12
                                    

Greco Rodríguez.

Por primera vez en su vida, el comisario Rodríguez no podía centrarse en su trabajo.
Estaba demasiado ocupado pensando en como actuar frente a su doctora mientras estaba en comisaría.
Horacio había, muy amablemente, anunciado en los vestuarios que su amiga Morgan le recogería a él y a Gustabo para ir a cenar juntos.
Y desde ese momento él había trabajado casi automáticamente.
Volkov por su parte había protestado un poco al verlo distraído, pero en cuanto Horacio se iba a un código tres se le olvidaba el cabreo para pasarse nervioso todo el rato hasta que su novio aparecía sano y salvo.

En ese mismo momento él estaba mirando un informe de una incautación de un vehículo mal hecho sin prestarle mucho interés, cuando Horacio entró por la puerta del despacho de ambos comisarios.

-¿Os apetece cenar con nosotros?- Preguntó con una sonrisilla. Volkov pareció dudar unos segundos mientras él asentía con cierta emoción creciendo en su cuerpo.- Venga Viktor, Papu también vendrá.- Suplicó Horacio abrazando a su novio que terminó asintiendo.- Genial porque cenaremos en tu casa, te prometo que limpiaré todo luego.

El ruso abrió los ojos como platos al darse cuenta de como su novio se la había colado. Mantuvieron un tira y afloja durante unos minutos, Horacio alegando que al ser muchos era mejor su apartamento, que él se encargaría de recoger todo, que era viernes noche y había que disfrutar juntos. Con lo que Víctor acabó cediendo con un suspiro cansado.

-Te trae de cabeza.- Bromeó una vez el chico de cresta se fue sonriendo.

Volkov le fulminó con la mirada para luego mirar el reloj y comenzar a recoger los documentos sin orden, dejándolos delante del barbudo.

-Espero que disfrutes ordenando esto mañana.- Gruñó antes de informar por radio del 10-10 de ambos.

"Me lo merezco por no cerrar la boca" pensó él cogiendo su chaqueta del respaldo para seguir al ruso fuera del despacho.

En la entrada estaba Gustabo hablando con L.J, probablemente esperando a que Horacio terminase de cambiarse y Conway volviese de su despacho.

Siendo bastante consciente de sus acciones se acercó a ellos y los saludó con un gesto de cabeza, si por su subconsciente fuera estaría besando a la morena en ese instante, pero estaban em comisaria con bastantes agentes mirándola con curiosidad.
Como casi siempre iba vestida de colores oscuros. Llevaba unas botas militares, vaqueros negros y un jersey gris bajó su chaqueta negra. Aún siendo una ropa bastante normal, la hacía ver tremendamente atractiva.

-Hola comisario.- Sonrió ella como si nada, mientras Gustabo parecía reírse del comportamiento de ambos.

La mirada de L.J le recorrió entero para luego desviarla de nuevo hacía su amigo, como si quisiera que nadie se percatase como miraba al chico.

-Ya que vamos a casa de Volkoff podríamos pedir la comida al chino de la calle de abajo.- Sugirió el rubio a su amiga.

Ambos asintieron para volver a mirarse de aquella manera que se miraban cuando estaban a solas, casi queriendo comunicarse.

Horacio y Volkov se acercaron al grupo también fingiendo una distancia entre ellos, aun cuando media comisaría sabía perfectamente que estaban enamorados, era como un secreto a voces.
Conway fue él último en aparecer, llevaba una gabardina negra a juego con sus pantalones de traje y su típica expresión seria.

-Vamos o qué supernenas.-Dijo con un suspiro exasperado.- Buenas Morgan.- Saludó a la doctora que le saludó de vuelta.

Mientras todos salían de comisaría Greco podía sentir la mirada del resto de agentes sobre ellos, como si estuvieran viendo lo más extraño de su vida.
En el aparcamiento Conway ofreció llevarse el coche de Rodríguez para que este pudiera ir con la morena, aun que disfrazandolo con un "tengo que comprar la bebida".

Remedy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora