Oficialmente.

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Greco Rodríguez.

Los rayos del sol invernal entraron por la ventana del cuarto. Greco llevaba unos veinte minutos despierto, apreciando la forma de dormir de la mujer en sus brazos.
Habían caído rendidos cerca de las cinco de la mañana, después de haber gastado la gran mayoría de preservativos. 
Antes de dormirse entre sus brazos ella había bromeado sobre que al día siguiente no podría caminar, haciéndole reír también.
Por eso aquella mañana se había despertado con el mejor humor del mundo, sintiéndose agradecido con los acontecimientos de la noche anterior y su valentía para expresar sus sentimientos.
No solo había sido sexo caliente, si no que había tenido momentos bonitos en los que ambos se miraban y se decían mil cosas sin necesidad de palabras. Era fantástico sentir que tus sentimientos son correspondidos.
Tratando de no despertar a L.J se levantó la cama. Cogió unos pantalones deportivos y una sudadera y fue a la cocina a hacer café, si algo tenía claro es que la morena no podía vivir sin sus dosis de café necesarias.
Cuando el líquido marrón comenzaba a gotear en la jarra de la cafetera escuchó ruidos en el cuarto.
Allí vió a Morgan cubrir su cabeza con la colcha de la cama jadeando por los rayos que entraban por la ventana, haciéndole reír.

-Me puedes dejar unas gafas de sol porfavor.- Murmuró ella con voz adormilada aun bajo la colcha.

Él cogió unas gafas que ya no usaba de su mesilla y se las tendió, consiguiendo que saliera de su escondite.
Estaba desnuda y con los rizos revueltos, una imagen terriblemente atractiva para él. En su cuello y su pecho se apreciaban círculos rosados y otros morados que probablemente él había hecho la noche anterior.
Poniéndose las gafas ella le miró con una sonrisa mientras trataba de recoger su cabello en un moño.

-Gracias, la luz me da migrañas de mañana.

Él se acercó para darle un suave beso que ella aceptó gustosa, para luego coger una sudadera y unos calzoncillos suyos y dárselos a la morena, que vistiéndose frente a él, le hizo reir al ver que la sudadera del chico literalmente le quedaba como un vestido.
Greco era bastante alto, y aun que L.J con su metro setenta no era tampoco bajita, en comparación había diferencia.
Juntos caminaron hacía la cocina para desayunar.
Sirviendo una taza para cada uno de café, se apoyó en la encimera frente a ella, apartando algunos mechones rebeldes de su rostro, cosa que ella agradeció con una sonrisa. Le gustaba aquella nueva normalidad.

-Buenos días guapo.-Dijo alegremente para darle un beso.

-Buenos días.-Respondió él al separarse uniéndose a su gesto.

Era increíble como las cosas habían cambiado en un par de meses. Si le hubieran dicho en Agosto que acabaría enchochado antes de acabar el año, probablemente se hubiera reído, ya que tampoco daba pié y oportunidad a ese tipo de cosas. Pero así estaba ahora, enchochado y más alegre que nunca de estarlo y de poder disfrutar de una persona tan especial como L.J.

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El comisario Rodríguez tamborileaba con sus dedos en el volante del patrulla mientras tarareaba la canción que sonaba en la radio. Lucy in the sky with diamonds de Elton John. L.J se la había enseñado una vez, anunciando que era la buena versión que los Beatles no habían sido capaces de hacer.

"L.J no tolera los Beatles, que otra cosa diría si no" pensó riéndose solo.

Volkov a su lado le observaba con sorpresa sin que el barbudo se diera cuenta. Estaba en su propia burbuja de felicidad, no solo por su amorío si no también por la cercanía de las fiestas de Navidad, una de sus épocas favoritas.

-El sábado fue bien por lo que veo.- Dijo el ruso tanteando el terreno.

El asintió con una sonrisa, no le daría la satisfacción de contarle todo si iba de chismosa a contárselo a Conway, quería que ellos también se interesaran y le preguntaran.
Desafortunadamente aquella semana había tenido que conformarse con ver a su morena en la hora de la comida y hablar por teléfono ya que tanto en el hospital como en comisaría había mucho trabajo, pero ni si quiera eso aguaba su humor, ya que hoy ella vendría a buscarle para ir a cenar al puesto de burritos de Pueblo Loco.

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