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Sophie

-Así que bombero ¿Hace mucho lo eres?- estaba pecando de curiosa, pero este hombre me intrigaba demasiado.

-Hace ya varios años, no creí que pasaran tan rápido, pero lo han hecho. – no me perdí el pequeño toque de tristeza en su voz. ¿Qué le estaría pasando?

-¿Por qué no lo creías? Los años simplemente van pasando Logan.- a veces demasiado lento y otros demasiado rápido… como hace poco, en solo cinco minutos me abandonaron en el bosque.

-Cuando con mis amigos fuimos a la ciudad, lo hicimos para buscar algo. Los años pasaban y no lo encontrábamos, pero entonces uno a uno comenzó a hallarlo.

-Los tiempos de Dios son perfectos, quizás no estaban preparados en ese momento. Pero todo pasa por algo Logan.- como el encontrarme con él, talvez debería ayudarlo en su dolor.

-Eso puede ser, pero nada se compara a la sensación de hallar eso que tanto esperas.- volteo a mirarme y sonreírme, antes de volver su rostro al camino.

Una de las razones por las cuales habia entrado en el convento, fue que nunca ningún chico u hombre me habia llamado la atención, tampoco lo hacían las mujeres. Con el tiempo empezó a preocuparme que hubiera algo malo conmigo, nadie despertaba el interés que ansiaba sentir.
Cansada de sentirme así, opte por ser monja. No fue una decisión fácil, ni para mi, ni para mis padres.

Cuando les dije que quería entrar al convento, casi me internan en un psiquiátrico.
En el convento decían que exageraba pero los meses de sesiones con la doctora Bíter, una psicóloga a la cual me enviaron, decían que la exageración era de ellos y no mía

-¿Y que buscaban Logan?.- inquirí, escuchándolo tomar aire con fuerza.

-Eres curiosa Sophie, pero buscábamos con quien compartir nuestras vidas, el amor.- me derretí un poco ante su respuesta, este era un hombre al cual no le importaba expresar sus sentimientos.

-Eso suena muy bonito ¿Tu lo has hallado?- pegue mis ojos a su rostro, por alguna extraña razón, ansiaba oír su respuesta.

Viéndolo desde aquí, Logan tenia un muy hermoso rostro. Su mandíbula cuadrada, acompañada por una leve barba, bien cuidada. Labios carnosos y nariz bien definida, y esos preciosos ojos verdes, lo hacían uno de los hombres más hermosos que he visto.
¡Cristo! ¿Por qué me haces esto?

Estoy solo a un mes de pasar de postulante a novicia. Se que tus pruebas son justas pero por la fuerza de Sansón, este es el primer hombre que me interesa como tal.
No debo caer en la tentación, por favor señor, no me dejes caer en la tentación. Te ruego me alejes de esta deseo de caer.

-La encontré, pero aún no hablo con ella al respecto-Asentí, molestándome la repentina sensación de tranquilidad que sus palabras me habían provocado.

-No debemos apresurar las cosas, tomarse tiempo es para mejor siempre.  Cuéntame sobre tu trabajo, me interesa, una vez casi me incendio.- bueno al convento…

-A veces es muy difícil, el fuego es traicionero. – mientras lo escuchaba solo pensaba en lo mucho que lo era.- Trabajo con otros cinco hombres, a los cuales conozco desde que era joven.

-Eres joven Logan ¿Qué edad tienes?- él no podía tener más de veinticuatro años.

-Tengo veinticinco, pero he vivido tanto que me siento como alguien de sesenta. ¿Tu que edad tienes?

-Logan, es muy grosero preguntarle a una dama su edad. Sígueme contando de tu trabajo por favor.

-Paso la mayor parte del día en el departamento, ahora si estuviera en la ciudad, estaría allí. Pero debí venir al pueblo por una emergencia familiar.- eso explicaba los intervalos de tristeza que se apoderaban de él.

-¿Paso algo malo? Disculpa las preguntas, me preocupo lo que has dicho. ¿Tu familia esta bien?- Dios no quiera algo malo haya sucedido.

-Mi hermana falleció, pude despedirme de ella, pero era toda la familia que me quedaba. No fue un viaje agradable, pero estas ayudando a olvidar lo malo.- esto no ayudaba a mi confusión, todo lo que hacia o decía, solo me hacia sentir extraña.

-Dios la tenga en su santa gloria, lamento en verdad tu perdida Logan, no puedo imaginar el dolor que sientes. Y me reconforta saber que puedo ayudar a hacerte sentir mejor, casi siempre mi personalidad agota a las personas. No es que sea intensa, es que simplemente así soy yo.- no podía fingir ser algo que no era, es por eso que mi miedo aumentaba al llegar la fecha de mi decisión.

-Hasta ahora solo me has hecho reír. Estas loca, completamente loca, pero es bueno porque me recuerdas a un amigo.

-Mis hermanas dicen que eso es algo bueno, seguramente si te escucharan, apoyarían tu teoría de mi locura. Pero puedo afirmarte que es todo lo contrario, solo soy algo ¿Cuál es la palabra?- pregunte esperando me ayudara con la respuesta.

-Yo sigo creyendo que es locura.- si hace tiempo no hubiera prometido no golpear a nadie, ya que la biblia dice amaras al prójimo como a ti mismo, ahora Logan estaría recibiendo un golpe en el brazo.

-Que no es locura Logan ¿No sabes que no debes juzgar o serás juzgado? -Él era divertido, aunque estaba pasando un momento espantoso por lo de su hermana.

-No te juzgo, solo declaro un hecho. Caminabas sola en medio del bosque y luego te negabas a subir, a pesar de haberte asegurado que no era un asesino serial. -¡Jesús! Él tenia razón, parecía una loca.

-Bueno pero aún así subí, confiando en que tu personalidad bondadosa no me lastimara.

-Nunca lo haría Sophie, no lastimaría a nadie y mucho menos a ti. Se que nos conocemos apenas desde hace unas horas, pero puedo ver que eres especial y te prometo que hare lo imposible porque llegues con bien a la ciudad.- sonreí al sentirme segura. Podía ser juzgada de ingenua, pero le creía cuando decía esto.

Señor ¿Por qué no pudiste enviarme de ayuda a viejo panzón? A alguien que no me tentara a pecar.
¿Por qué por primera vez me sentía sumamente atraída a alguien?

Solo serán tres días y medio, dame la fuerza de resistir  y no me dejes caer en la tentación.

Dando una rápida mirada al Logan, supe que este viaje se haría en verdad muy complicado.



Por motivos religiososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora